Ucrania está dispuesta a aceptar el ingreso del convoy humanitario ruso con destino a la zona rebelde prorrusa de Lugansk bajo ciertas condiciones, anunció este miércoles el portavoz del presidente ucraniano, Sviatoslav Tsegolko.

“La ayuda para Lugansk pasa por un puesto fronterizo cercano de esta ciudad, los aduaneros, guardias de frontera y representantes de la OSCE inspeccionan el cargamento en la frontera ruso-ucraniana. Luego la misión prosigue su ruta por territorio controlado por los rebeldes. Una vez llegada a Lugansk, la ayuda es distribuida a los civiles por la Cruz Roja”, dijo Tsegolko, al precisar las condiciones.

“La decisión de aceptar la ayuda fue tomada en la noche del martes al miércoles” en una reunión entre el presidente, el Primer ministro y los representantes de las fuerzas del orden ucranianas”, agregó.

La caravana de cerca de 300 camiones debía inicialmente entrar por un puesto fronterizo en la región de Jarkov controlada por el gobierno ucraniano, pero las autoridades ucranianas exigían que la carga fuera trasladada a camiones fletados por la Cruz Roja.

“Rusia rechazó esa propuesta”, subrayó Tsegolko.

Según el portavoz, debido a ese rechazo, Ucrania enfrentaba la siguiente alternativa: “invasión directa rusa” bajo pretexto de una caravana humanitaria o “provocaciones con la carga en la región de Jarkov, con fuerte probabilidad de una agresión de parte de Rusia”.

Durante una conversación telefónica con el presidente ucraniano el miércoles, el secretario general de la ONU Ban Ki-moon propuso que la ONU se una a la coordinación de la misión humanitaria destinada a Lugansk junto al Comité internacional de la Cruz Roja.