Una huelga docente en Argentina por reclamos salariales que mantiene a 2,5 millones de alumnos sin empezar el ciclo escolar en la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito del país, cumplió el jueves dos semanas y obligó al gobierno estatal a fijar un aumento por decreto.

“Este paro no tiene precedentes. Rechazan todas nuestras propuestas”, dijo en conferencia de prensa el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, aliado de la presidenta Cristina Kirchner.

El peronista Scioli lidera las encuestas de presidenciables para las elecciones de octubre de 2015.

“Hay un trasfondo político en mantener la protesta por tiempo indeterminado”, dijo el mandatario.

Scioli anunció el aumento por decreto del salario a partir de marzo en 30,9%, mientras el gremio docente exige al menos 35% y se niega a levantar la huelga.

En 2013, la inflación fue de 28% según consultoras privadas (11%, según el cuestionado índice oficial) y se disparó en el primer bimestre del año, cuando el costo de vida acumuló un aumento de 7,2% tras una devaluación del peso de 18% a fines de enero, de acuerdo al índice anunciado por el Gobierno.

“Nuestra voluntad es que los chicos estén en las aulas y los maestros cobren el aumento”, aseveró Scioli tras rechazar la intransigencia de los sindicalistas y las agresiones con piedras e insultos que sufrió su equipo al salir de la última reunión de negociación colectiva el jueves.

De su parte, el dirigente sindical de los docentes, Roberto Baradel, calificó la oferta de “insuficiente”. “El paro sigue. Tenemos mandato de darle continuidad a las medidas de fuerza”, indicó.

El conflicto por las negociaciones colectivas entre los maestros y la administración del gobernador Scioli ha impedido el inicio de clases en las escuelas públicas de esta provincia clave del país que abarca el 40% del alumnado del país.

En Argentina, como en otros países de Sudamérica, el año escolar empieza en marzo y finaliza en diciembre.

El gobierno de la provincia dio por cerrada la discusión, pero los sindicatos aseguran que el porcentaje de 30,9% no se aplica de manera general ya que la mayoría sólo tendrá aumentos de 21%.

Los sindicatos que rechazaron la conciliación obligatoria aspiran, además del aumento, a pagos atrasados de aguinaldos y asignaciones familiares, entre otros adicionales.

Conflicto de alcance nacional

En Argentina, las escuelas primarias y de educación media dependen de cada administración provincial, pero el gremio nacional docente y el ministerio federal de Educación firman cada año un convenio colectivo indicativo para las provincias.

Con la intención de “nacionalizar el conflicto que está más visibilizado en la provincia de Buenos Aires”, CTERA, el mayor gremio del país, convocó a una marcha el miércoles 26 en reclamo de un sueldo básico de 4.900 pesos (615 dólares) para los maestros de todo el país, que actualmente es de 3.400 pesos (427 dólares).

“De ninguna manera podemos aceptar que no se nos dé un aumento salarial que recupere nuestro poder adquisitivo ante la inflación de 2013, la salvaje remarcación (de precios) y la devaluación de enero”, dijo el jueves Stella Maldonado, principal dirigente de CTERA.

Empeñado en frenar la escalada inflacionaria, el gobierno intenta contener las demandas salariales y cerrar las negociaciones en niveles similares al 2013, con aumentos no mayores de 25-27% en promedio en los diferentes sectores.

Con los niños en el aula

El vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, reclamó a los maestros que sigan las negociaciones salariales “pero con los niños en las aulas” e instó a declarar la educación como “un servicio público esencial”.

Tras 12 días de huelga, los partidos de oposición también instaron a que se ponga fin a la medida de fuerza, mientras que legisladores de izquierda propusieron que a sus colegas les bajen los salarios y que “ganen lo mismo que un docente”.

El reclamo docente cuenta con el apoyo del 68% de los argentinos pero no así la prolongada huelga, según una encuesta realizada la semana pasada por la consultora Poliarquía.