El secretario de Estado norteamericano, John Kerry se reunirá con líderes de la oposición ucraniana, al margen de la conferencia sobre seguridad que se celebrará en Munich (sur de Alemania), informaron este jueves en Washington funcionarios estadounidenses.
La tarde del sábado, “él tendrá la oportunidad de tener su primer encuentro con las principales figuras de la oposición ucraniana”, dijo un alto funcionario del departamento de Estado, justo antes de que Kerry comience un viaje de tres días en Alemania.
Entre los convocados para mantener conversaciones con el jefe de la diplomacia estadounidense se encuentran el excampeón de boxeo Vitali Klitschko y el político opositor Arseni Yatsenyuk.
En la jornada del jueves, la oposición y el presidente Viktor Yanukovich, que se tomó por sorpresa una baja médica, se habían acusado mutuamente de ser responsables del conflicto que paraliza el país desde hace dos meses.
En un mensaje a la nación, Yanukovich acusó de “irresponsables” a los opositores que se enfrentan al poder con barricadas en la capital y ocupando varios edificios oficiales.
“La oposición continúa exacerbando la situación y esta pidiendo a la gente que se queden en el frío a causa de las ambiciones políticas de algunos líderes”, dijo en su mensaje.
Al mismo tiempo, y por primera vez desde que empezó el conflicto, Yanukovich prometió “más comprensión con las demandas y ambiciones del pueblo” y dijo tomar nota de los “errores que todas las autoridades cometen”.
El miércoles. el parlamento ucraniano, donde tiene mayoría el Partido de las Regiones de Yanukovich, aprobó una ley de amnistía para los opositores detenidos en las manifestaciones pero que exige como condición desocupar primero el centro de Kiev en un plazo de 15 días.
La oposición rechazó el texto y se abstuvo en la votación, a pesar de que un responsable de la presidencia, Andriy Portnov, aseguró que la ley permitiría a los opositores seguir “manifestándose pacíficamente” en la plaza de la Independencia.
Esta plaza es el centro del movimiento de protesta nacido a finales de noviembre, tras la decisión repentina de Yanukovich de renunciar a firmar un acuerdo de asociación con la UE negociado durante meses a cambio de un acercamiento a Rusia, que le concedió un crédito de 15.000 millones de dólares y una reducción en el precio del gas.
Los líderes de la oposición denunciaron además este jueves que la votación de la ley de amnistía fue fraudulenta porque no todos los diputados votaron personalmente, como establece la constitución.
Desde mediados de enero, decenas de manifestantes han sido arrestados, tanto en Kiev, como en otras regiones del país, donde los manifestantes también ocupan edificios públicos, pidiendo la renuncia de Yanukovich como única vía de salida al conflicto.
En plena crisis, la presidencia anunció por sorpresa el jueves que el presidente tomará una “baja médica” a causa de “una enfermedad respiratoria aguda”.
“Me parece que este hombre quiere estafarnos y trata únicamente de ganar tiempo. Pero nosotros no se lo permitiremos”, declaró por su parte Klitschko al diario alemán Bild.
Desde que empezó el conflicto, Yanukovich hizo varias concesiones a la oposición, como aceptar la dimisión de todo su gobierno y derogar unas leyes de urgencia que restringían la libertad de manifestarse.
Según el partido de Klitschko, la baja del presidente es una excusa para “evitar tomar decisiones urgentes para sacar al país de la crisis”, como firmar la derogación de las leyes antiprotestas o reunirse con los líderes de la oposición, según un comunicado.
Presiones internacionales
El presidente francés François Hollande hizo este jueves un llamamiento a la calma. “Tenemos que hacer todo lo posible para restablecer el diálogo y favorecer el sosiego” dijo en una rueda de prensa en París junto al primer ministro polaco Donald Tusk.
El miércoles también lo hizo la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, que dijo durante su visita a Ucrania que “la violencia y las intimidaciones, vengan de donde vengan, tienen que cesar”.
Los europeos apoyaron al principio explícitamente la movilización popular en Ucrania, pero tras los violentos choques en Kiev piden diálogo.
Por su parte Rusia, que apoyó al gobierno de Yanukovich desde el comienzo de la crisis, ha repetido varias veces que considera “inadmisible” cualquier injerencia europea en Ucrania, aunque el miércoles se mostró prudente.
El presidente ruso, Vladimir Putin dijo desde Bruselas que había que “esperar la formación del nuevo gobierno” antes de continuar suministrando la ayuda económica de 15.000 millones de dólares.
La crisis actual es la más importante que vive el país desde que se independizó de la Unión Soviética en 1991 y según Leonid Kravchuk, el primer presidente tras la independencia, está llevando al país “al borde de una guerra civil”.