Greenpeace anunció este sábado haber desafiado a las autoridades rusas ingresando con un rompehielos en el Ártico para protestar contra la explotación petrolera en ese frágil ecosistema.

Esta semana la organización de defensa del medio ambiente había indicado que Rusia le había negado el permiso para transitar por la Ruta del Mar del Norte invocando dudas sobre la capacidad del barco para navegar en zonas donde el hielo es muy grueso.

Greenpeace lo calificó de “intento disfrazado para impedir una protesta pacífica”.

En desafío a las autoridades rusas, el buque “Artic Sunrise” ingresó a la Ruta del Mar del Norte el sábado por la mañana para protestar contra el proyecto de perforación de la principal petrolera rusa Rosneft y de su socio norteamericano ExxonMobil, que se disponen a realizar prospecciones cerca del Parque Nacional Ártico Ruso, indicó Greenpeace.

Según la organización, las pruebas sísmicas son peligrosas para los mamíferos del Ártico, pues la frecuencia de la señal interfiere con los sonidos emitidos por los animales. Si una ballena está a 500 metros de la fuente de la señal, pierde el oído, y a 150 metros puede morir.

La exploración de vastas reservas del Ártico se ha convertido en una prioridad estratégica de Rosneft, que firmó contratos de cooperación con BP, ExxonMobil y Statoil.