La segunda edición de la medición, reafirmó que Chile continúa a la cabeza entre los países latinoamericanos en cuanto al alcance del Internet banda ancha en la ciudadanía.

Y es que la evaluación que analiza los progresos en materia de conectividad, los números fueron más que positivos en el período 2011-2012. “Desde Chile seguimos liderando la evolución hacia la Sociedad del Conocimiento”, explicó Nicolás Chiappara, gerente general de Cisco Chile.

En cifras, el país aumentó sus conexiones fijas en un 8%, lo que se traduce en que se originaron 163 mil nuevas líneas, logrando así que el 40% de los hogares cuenten con banda ancha.

Pero además el barómetro marcó una mejoría en el tema de velocidades para la navegación. Esto, porque hubo un incremento de un 27% con lo que Chile alcanzó un promedio de 7,1 Mbps, lo que la ubica en el primer lugar de la región seguido por Brasil con 4,7 Mbps.

Lo anterior, porque de las 2.212.000 de conexiones chilenas fijas que señala el informe, el 90,4% corresponde a Banda Ancha 2.0, es decir, cuenta con velocidades de 2 Mbps o superiores.

“El usuario chileno de Internet es cada día más exigente y las compañías de telecomunicaciones están ofreciendo servicios de calidad para satisfacer esa necesidad, en un mundo cada día más móvil, social y en donde el video juega un rol protagónico”, detalló al respecto Chiappara.

¿Y qué viene a corto plazo? Cisco también hizo una proyección que, entre otra cosas, espera que para el cierre del 2013 sean 3.817.000 el total de conexiones -91,5% de banda ancha 2.0- y que este número continúe en aumento hasta 4.322.000 en 2017.

Al respecto, Pelayo Covarrubias, presidente del Directorio de Fundación País Digital, explicó que “el informe demuestra, una vez más, el liderazgo de Chile dentro de Latinoamérica en lo relativo a número de conexiones y a velocidades de conexión, algo que ha sido un esfuerzo conjunto público-privado”.

Por su parte, Edwin Rojas, coordinador del Observatorio Regional de Banda Ancha de la CEPAL (ORBA), expresó que “es destacable la relación entre el crecimiento de la penetración y las velocidades de conexión, en el entendido de que esta última variable es en gran medida la que condiciona los tipos de aplicaciones y servicios a los que se podrá acceder a través de la banda ancha”.