La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo este jueves que respeta la decisión de Benedicto XVI de renunciar a su cargo y le deseó un futuro de “salud y paz”.

Esta es la primera vez que Rousseff, una exguerrillera de izquierda que preside el país con más católicos del mundo -123 millones de personas- dirige directamente un mensaje al pontífice tras su anunció de que renuncia a su cargo este jueves por “falta de fuerzas”.

“Manifiesto mi respeto por la decisión de su Santidad de renunciar a la Cátedra de San Pedro”, indicó Rousseff en el Blog de la Presidencia.

“Deseo que esta nueva fase de recogimiento le encuentre con salud y paz”, agregó.

Benedicto XVI, el primer papa en 700 años en renunciar, prometió este jueves “obediencia” a quien sea designado su sucesor, y se aprestaba a partir del Vaticano en helicóptero, dejando vacante el trono de Pedro.

La presidenta agradeció también a Benedicto XVI los “gestos de aprecio” con los que distinguió a Brasil: la elección de Aparecida (estado de Sao Paulo) para acoger la Conferencia Episcopal de América Latina (CELAM) en 2007, la canonización del primer santo brasileño, el monje franciscano Antonio Galvao de França, en el mismo año, y la decisión de realizar la próxima Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en julio en Rio de Janeiro.