El público del Festival de Viña del Mar se ha hecho conocido por ser excesivamente crítico con los artistas que pasan por su escenario y esto le ha conllevado un curioso apodo: “El Monstruo”.

Este sobrenombre se debe a la ferocidad con que el público abuchea o aclama a los artistas, lo que acompañado de algunas características geográficas de la Quinta Vergara, como la ubicación de los asientos en graderías y el escenario pequeño y centrado, le confieren el aspecto de un monstruo feroz.

El primer registro que se tiene del Monstruo es en 1968 cuando pifió a la cantante Gloria Simonetti en la competencia folclórica; sin embargo, ella no se desanimó y ganó la misma competencia al año siguiente.

Durante los últimos años el público se ha vuelto más duro, en particular con los humoristas, que deben tener una muy buena rutina para no ser abuchados. En este aspecto destaca Ricardo Meruane, quien estuvo no más de 20 minutos en el escenario, contando chistes repetidos y diciendo cada cierto rato “Gracias, gracias, no se molesten”. El Monstruo se lo comió.

Ahora bien, el público no sólo ataca a los cantantes, humoristas y bailarines que pasan por el escenario, sino que también -en algunas ocasiones- a los presentadores del evento.

Sucedió en 2007, abuchearon a Tonka Tomicic y Sergio Lagos cuando éstos bajaron a Ana Torroja, cuando el público deseaba que ella continuara actuando.

El poder de los asistentes sobre los artistas que pisan la Quinta es inconmensurable, algunas veces se los comen y otras los aclaman. No hay puntos medios para “El Monstruo”.