El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, destacó este domingo que Rusia está “con un adelanto de un año sobre el calendario” de la organización del Mundial-2018, pese a que el proyecto costará la colosal cifra de 20.000 millones de dólares, informó el ministro de Deportes ruso.
“Estamos con un año de adelanto sobre el calendario”, se felicitó Blatter, en una conferencia de prensa junto al ministro de Deportes ruso, Vitali Moutko, al día siguiente del anuncio de las once ciudades que serán sedes del Mundial-2014.
“En un nuevo enfoque en la organización de Copas del Mundo”, añadió Blatter, quien recordó que la FIFA tuvo que llamar al orden a los sudafricanos porque estuvieron “bailando” de alegría durante un año después de haber obtenido la organización del Mundial-2010.
Brasil, por su parte, afirmó que está preparado para el Mundial 2014 “pero no es exactamente el caso”, dijo Blatter.
Por el contrario, “los rusos han comenzado a trabajar muy duro desde el principio. En un nuevo enfoque. Estoy contento”, dijo Blatter.
Tras una campaña fuertemente apoyada por el presidente Vladimir Putin, entonces primer ministro, Rusia obtuvo el derecho en 2010 de organizar el Mundial-2018, una decisión polémica y muy criticada por los países que se postularon como rivales, como Inglaterra.
Blatter insistió en el carácter histórico de organizar por primera vez este evento en la Europa del Este y no en los “hogares tradicionales” de Europa Occidental.
Por su parte, Moutko, declaró que organizar el Mundial es “un gran honor y un enorme desafío” porque los estadios deberán ser construidos o totalmente reformados en siete de las once ciudades sede seleccionadas, lo que elevará el coste de organización a los 600.000 millones de rublos (unos 20.000 millones de dólares).
Ese presupuesto es justo el doble de lo anunciado por Putin en 2010.
La mitad de los fondos procederán del presupuesto federal o regional y el resto lo aportará capital privado.
Además de los estadios, se tienen que construir miles de kilómetros de carreteras o de vías ferroviarias, aeropuertos y hoteles en varias ciudades.
Rusia y la FIFA anunciaron oficialmente el sábado las once ciudades seleccionadas para acoger los partidos del Mundial-2018, el evento más ambicioso que afronta el país desde la desintegración de la Unión Soviética.
Los partidos del Mundial-2018 tendrán sedes que ya se consideraban seguras, como la actual capital Moscú (dos estadios), la excapital imperial San Petersburgo o la ciudad de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014, Sochi.
También fueron incluidas Kazan, Samara, Nijni-Novgorov, Ekaterimburgo, Rostov del Don y Volgogrado, además del enclave europeo de Kaliningrado y la capital de Mordovia, Saransk.
De la lista original de trece se cayeron dos ciudades, Yaroslav y Krasnodar.
San Petersburgo y Moscú albergarán las semifinales y la final se jugará en el estadio Luzhniki de la capital, con una capacidad para 90.000 espectadores. En Moscú, el otro recinto será el nuevo campo del Spartak.