El Banco Central de Japón (BoJ) decidió este miércoles ampliar sus compras de bonos y obligaciones para inyectar más liquidez en el sistema financiero y estimular la economía, lastrada por la desaceleración mundial.
Tras las decisiones del Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal de Estados Unidos de las dos últimas semanas, el BoJ ha hecho lo propio para estimular la tercera economía del planeta, que no logra recuperarse.
El BoJ dedicará 10 billones de yenes (unos 100.000 millones de euros) adicionales para la compra de bonos y obligaciones del tesoro japonés hasta finales de 2013, seis meses más de lo previsto.
Con esto, el monto total consagrado a la compra de activos e inyecciones al circuito interbancario asciende a 80 billones de yenes (800.000 millones de euros), para facilitar las condiciones de circulación del dinero y dinamizar la actividad.
“Las economías extranjeras se desaceleran de forma más marcada”, subrayó el gobernador del Boj, Masaaki Shirakawa, lo que es una mala noticia para la tercera economía mundial cuyo crecimiento depende en buena parte de las exportaciones.
Es cierto que ha notado “una cierta distensión en los mercados financieros sobre los temores sobre el problema de endeudamiento europeo”, tras el anuncio por el BCE de que comprará ilimitadamente deuda de corto y medio plazo de los países de la Eurozona en dificultades.
Pero el gobernador subraya que en la economía mundial siguen pesando “grandes incertidumbres”.
En el frente nipón, señaló que la recuperación de la economía, “bastante fuerte en el primer semestre”, marca ahora una “pausa” debido al menor dinamismo del consumo y de la inversión.
Shirakawa también alertó del estancamiento de los precios en el archipiélago, que oficialmente lleva en deflación más de tres años.
Según el gobernador, esta coyuntura justifica recurrir a medidas no convencionales que “permitirán suavizar las condiciones de circulación de dinero para las empresas y los hogares”.
El BoJ espera alentar una caída de los tipos de interés a largo plazo sobre el mercado y facilitar los préstamos bancarios para fomentar el consumo, la inversión y por tanto la actividad general.
Por otra parte el banco central mantuvo como estaba previsto su principal tasa de interés entre 0,0% y 0,1%.
El gobierno nipón saludó estos anuncios, al igual que la Bolsa de Tokio donde el índice Nikkei subió 1,19%, su mayor nivel desde principios de mayo.
El yen cayó ante el euro y el dólar en respuesta a la flexibilización monetaria prometida, que va a aumentar la cantidad de moneda japonesa en circulación y por ello reducir su valor.
La moneda nipona, un valor refugio para los inversores, se revalorizó en los últimos meses en detrimento de los ingresos de las empresas niponas en el extranjero, por lo que las autoridades buscan parar su revalorización.