El director de estudios de Mideplan, Andrés Hernando, reaccionó tras la denuncia de CIPER Chile respecto a las intervenciones del ministerio para modificar los resultados de la Encuesta CASEN 2011. La entrevista al jefe de la División de Estudios de Desarrollo Social, explica cómo participó en las gestiones para recalcular el índice ante la CEPAL y -además- lo “usado” que se sintió por el ministro Lavín cuando anunciaron una baja histórica en la pobreza.

Hernando asegura que -en primera instancia- el ministro de Desarrollo Social recibió un índice de 15% de pobreza desde la CEPAL. Luego, él mismo reconoce que mandó un documento como respuesta para incluir la controversial pregunta “y11″, que terminó dejando la cifra en un sorprendente 14,4%.

De todos modos, defiende que -técnicamente- la inclusión de la nueva pregunta es válida, pese a que es un hecho “debatible” donde todo depende de las percepciones.

Ante este panorama, el director de estudios se defendió y dijo que cuando notó lo sucedido entregó una opinión a sus superiores: la cifra no presentaba una variación significativa respecto a la encuesta anterior. Aún así, el Gobierno decidió festejar los resultados como un hecho histórico, por lo que -según dijo- se sintió engañado.

Según publicó CIPER Chile, lo anterior ocurrió el 19 de julio; es decir, un día antes de que el Gobierno hiciera públicas las cifras.

Pese a todo ello, Andrés Hernando aseguró que no sabía cómo sería anunciado el sondeo. “No. No lo sabía. Y la verdad es que en el momento en que se hizo el anuncio de la pobreza (20 de julio) me sentí usado. No me gusta decir esto, pero prefiero quedar como ingenuo a que alguien piense que fui deshonesto. Yo advertí que la baja de la pobreza no era significativa”, recalcó en la entrevista.

Además, quitó toda responsabilidad a su jefa directa (la subsecretaria Soledad Arellano) y recalcó que “nunca me sentí utilizado por la subsecretaria a la que le debo toda mi lealtad. Mi problema es con el ministro. La noche anterior al anuncio (19 de julio), después de tener la variable un día y medio, dije que los cambios no eran significativos. Pensé entonces que la comunicación de los resultados iba a ser algo razonable, sin el bombo que le dieron. También opiné que había que descartar la pregunta que recogía los ingresos por un bono que no se había mensualizado.

Finalmente, Hernando cree que la información de la CASEN se manejó muy mal. “Y una cosa que no entiendo es por qué, cuando asistió al debate en el CEP, el ministro Lavín no me dio la palabra. La regla del buen soldado es que uno no habla sino le dan la palabra. Yo me paré, le mandé un mensaje de texto al ministro pidiéndole que me dejara hablar y no recibí el pase”, enfatizó.