Centenares de curiosos acudieron el sábado a la iglesia del pequeño pueblo de Borja, en Aragón (noreste de España), para admirar un retrato de Cristo desfigurado por una octogenaria, que quiso “restaurar” el cuadro y se convirtió en el hazmerreír de internautas de medio mundo.

“La pintura anterior también era muy bonita pero me gusta esta”, dijo una mujer que vino adrede a Borja, en declaraciones a la televisión pública, que mostraba una larga cola para acercarse al cuadro, pintado en una columna y que ahora está protegido por un cordón de seguridad.

“¡Podía la señora haberse decidido a hacerlo antes!”, decía otra persona, y aseguró que el pueblo, que este sábado celebraba una romería, “se va a hacer famoso”.

Uno de los organizadores de la fiesta, con un micrófono en la mano, quiso dar su apoyo a la mujer que restauró el Cristo, “que ha hecho que medio mundo conociera esta ciudad”.

Cecilia Giménez provocó el furor de los protectores del patrimonio y la risa de los internautas de medio mundo por su trabajo muy personal, en el que el Cristo se convirtió en un personaje con pelo similar al de un mono, sin boca y con la nariz estilizada.

La pintura ya nada tiene que ver con el original, un eccehomo de rasgos finos y con una corona de espinas realizado en los años 1910 por un artista local, Elías García Martínez. La obra no formaba parte del patrimonio nacional.

En internet, la “restauración” de la octogenaria ha inspirado miles de comentarios y de versiones burlescas, en la que el rostro del rey Juan Carlos I o el del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, aparecen bajo el pelo alborotado de la nueva versión del Cristo.

Este sábado más de 18.000 personas ya habían firmado una petición contra la intención del ayuntamiento de restaurar la pintura y devolverle su aspecto original. El lunes está prevista la llegada a Borja de un equipo de profesionales de la restauración para evaluar qué se puede hacer.

Según la petición, “el osado trabajo” de Cecilia Jiménez es “un inteligente reflejo de la situación política y social de nuestro tiempo en el cual se pone de manifiesto una sutil crítica a las teorías creacionistas de la Iglesia”, y compara el estilo de la obra con pintores como Munch o Modigliani.