La localidad española de Ciñera (norte) ha vuelto a ser este martes el centro de enfrentamientos entre más de 200 mineros y policías antidisturbios, que han intentado en vano quitar las barricadas colocadas en una carretera.

Los incidentes de este tipo se han multiplicado en estos últimos días, señal de un endurecimiento de las movilizaciones de los mineros, en huelga indefinida para protestar contra una reducción del 63% de las ayudas públicas este año, lo que, según ellos, condena al sector.

Unos enfrentamientos habían estallado el viernes pasado en este pueblo de 1.000 habitantes y sus alrededores, causando siete heridos.

Desde que la policía intervino este martes, la localidad se ha convertido en campo de batalla, con numerosos habitantes del pueblo ayudando a los manifestantes a esconderse de los fuerzas de seguridad.

Los mineros, todos con pasamontañas o escondiendo su rostro tras pañuelos, tiraban cohetes pirotécnicos o lanzaban piedras contra la policía.

En respuesta, los policías, protegidos con cascos y gruesos chalecos antibalas y escudos, disparaban pelotas de goma y lanzaban gases lacrimógenos contra los manifestantes.

Tras media hora, la guardia civil acabó por reagruparse y abandonar el lugar, acosada por los mineros que le lanzaban grandes petardos y piedras.

Poco antes, los manifestantes habían incendiado las barricadas levantadas en la carretera nacional así como en la vía férrea que une Gijón, en el norte de España, con Madrid.

La carretera fue cortada en varios puntos con raíles, piedras, ramas y troncos de árbol, y se ha interrumpido la comunicación entre Gijón y León.

“No vamos a parar. Van a cansarse antes que nosotros”, aseguran varios mineros.

El lunes, decenas de miles de mineros y sus familias se manifestaron en León y en la localidad asturiana de Langreo, cerca de Oviedo, y varias ciudades quedaron paralizadas con motivo de una huelga general en las cuencas mineras convocada por los sindicatos.