El servicio de Medicina Forense de Honduras entregó el viernes a los familiares el cadáver 357 de los 361 reos muertos en el incendio del 14 de febrero pasado en el penal de Comayagua, 90 km al norte de la capital, informaron portavoces de la fiscalía y familiares.

El cuerpo correspondía a Ever Nahúm Pineda Hernández, de 20 años, que tenía 15 días de estar preso por violencia doméstica acusado por su propia madre, Reina Girón, según el informe de la fiscalía.

“Después de la tragedia, me trasladé a Tegucigalpa y estuve dos meses en el Infop (donde el gobierno instaló un campamento para los parientes de las víctimas), a la espera que me entregaran el cuerpo de mi hijo; pero tuve que regresarme a Comayagua porque había dejado sola la casa”, relató a la prensa la mujer.

En la medianoche del 14 de febrero, la prisión de Comayagua se volvió un infierno con 852 reclusos dentro -el doble de su capacidad-, muchos de los cuales murieron atrapados en las celdas, calcinados y asfixiados por el humo.