El ejército egipcio anunció este jueves el levantamiento del estado de emergencia vigente desde 1981, que simbolizaba la represión y la arbitrariedad del régimen de Hosni Mubarak, derrocado en 2011 por una movilización popular.

El levantamiento de esta ley de excepción era una reivindicación de los movimientos de jóvenes que iniciaron la “revolución” de 2011, así como de organizaciones de defensa de los derechos humanos.

El anuncio se hizo a poco más de dos semanas de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que opondrán a un islamista y a un ex primer ministro del régimen depuesto.

Los islamistas Hermanos Musulmanes, un movimiento prohibido durante mucho tiempo, se han convertido en la primera fuerza política, tras haber ganado las elecciones legislativas.

“El estado de emergencia se acabó en el día de hoy (jueves)”, indicó la televisión pública.

En un comunicado publicado por la agencia oficial Mena, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, en el poder desde la caída de Mubarak, indicó que el ejército “continuará asumiendo la responsabilidad nacional de proteger la seguridad de la nación y sus ciudadanos (…) una vez levantado el estado de emergencia, conformemente a la Constitución y a las leyes”.

Esta ley de excepción regía desde el asesinato del presidente Anuar al Sadat en 1981, cometido por islamistas y, desde entonces se había prorrogado ininterrumpidamente. La última prórroga, válida por dos años, hasta el 31 de mayo de 2012, había tenido lugar en 2010.

Este texto permitía limitar las libertades públicas y realizar juicios ante tribunales de excepción.

Para Esam el Arian, vicepresidente del islamista Partido de la Libertad y la Justicia (Hermanos Musulmanes), el comunicado de las fuerzas armadas significa que el ejército no solicitará que se prorrogue el estado de emergencia.

Por su parte, las organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos tenían reservas, por considerar aún posibles abusos en materia de poderes especiales.

Heba Morayef, de Human Rights Watch (HRW), calificó de “histórico” el fin del estado de emergencia. “Esto refleja el hecho de que se acabó la época en la que el ministro del Interior estaba por encima de las leyes y gozaba de un poder ilimitado”, afirmó.

No obstante, “por desgracia, esto no acabará con los peores abusos que hemos visto en este último año y medio porque los cometieron los militares y los legitimaron tribunales militares”.