Más de un centenar de libros recibieron este viernes los menores internados en la Unidad de Pediatría del Hospital de Los Ángeles, gracias al trabajo de un grupo de estudiantes que a través de una campaña lograron reunir el material.

No sabían cómo hacerlo, pero tenían claro que querían ayudar. Eso se desprende de las palabras de Luis Fuentealba, un estudiante de Trabajo Social que afirmó, que estaba presente la intención de colaborar y determinaron que los niños serían los más contentos con su iniciativa.

Erica Cortés, educadora de la Unidad de Pediatría, destacó que títulos como Tom Sawyer, Los Tres Mosqueteros y La Porota llegarán a incrementar las posibilidades de entretenimiento para los pequeños que permanecen días y en algunos casos, semanas postrados a la espera de su recuperación.

Recordemos que hasta dicha unidad hospitalaria llegan pequeños de todas las edades aquejados de diversas patologías, quienes ven interrumpidos sus estudios en el caso de los más grandes y de los pequeños, su proceso de estimulación.

En ese contexto, uno de los estudiantes rescató el siguiente proverbio hindú: “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona y destruido, un corazón que llora”.