Acusaciones contra los servicios secretos en el caso de DSK, sospechas de que el régimen de Muamar Gadafi financió la campaña de 2007: al presidente francés Nicolas Sarkozy le atacaron por todos los frentes este sábado, a una semana de la segunda vuelta en la que sigue muy por detrás de su rival socialista François Hollande.

El aún jefe del Estado francés fue criticado, incluso, por miembros de su partido, que le reprochan haber centrado su campaña en los temas predilectos del Frente Nacional (FN) para seducir al electorado de la extrema derecha, gran sorpresa de la primera vuelta al haberse colocado como tercera fuerza del país, con el 18% de los votos.

Ausente de la campaña electoral, el ex jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn (DSK como le conocen los franceses), irrumpió en la campaña este sábado al acusar a sus adversarios de haber acabado con su candidatura.

“No creí que irían tan lejos (…), no pensaba que podrían encontrar algo para detenerme”, dijo DSK refiriéndose a los hombres del presidente Nicolas Sarkozy, en una entrevista con el diario británico The Guardian.

Según el diario, el ex ministro socialista, cuya carrera política fue súbitamente hundida por el escándalo sexual del Sofitel de New York, “acusa a enemigos relacionados con Nicolas Sarkozy de haber impedido su candidatura”.

En esta entrevista realizada por el periodista investigativo estadounidense Edward Jay Epstein, el ex jefe del Fondo Monetario Internacional no cree que los hechos ocurridos en el Sofitel hubieran sido un complot, pero considera que las consecuencias del caso fueron “orquestadas por personas que tenían una agenda política”.

A los 62 años, Strauss-Kahn estaba punto de convertirse en el principal rival a la izquierda de Nicolas Sarkozy en la elección presidencial, cuando las acusaciones de violación por parte de de Nafissatou Diallo, mucama de un hotel de Manhattan, cambiaron su vida y lo condujeron a la detención en Nueva York el 14 de mayo de 2011.

François Hollande fue elegido luego como candidato por los militantes y simpatizantes socialistas.

DSK fue sobreseído en lo penal por el caso en agosto de 2011 en Nueva York, pero el caso, que continúa en lo civil, reveló una parte oscura de su personalidad: su relación con las mujeres, al límite del “hostigamiento”, según testigos.

En una entrevista al diario Liberación, Edward Jay Epstein afirma, sin tener “prueba formal”, que DSK “se había convertido en el principal objetivo de los servicios franceses en febrero o en marzo de 2011″.

Sarkozy rechazó estas acusaciones y exigió a DSK que se calle: “Le digo a Strauss-Kahn ‘explíquese con la justicia y ahorre a los franceses sus comentarios’”.

El presidente también tuvo que hacer frente a las acusaciones de que llegó a un acuerdo con el régimen libio para financiar la campaña electoral de 2007 que le permitió llegar al poder.

El sitio francés de información Mediapart publicó el sábado un documento firmado por un exdignatario libio donde se afirma que el régimen de Muamar Gadafi había aceptado en 2006 financiar con “50 millones de euros” la campaña presidencial de Nicolas Sarkozy en 2007.

En este documento en árabe, Mussa Kusa, entonces jefe de los servicios de inteligencia exterior de Libia, registró un “acuerdo de principio” para “apoyar la campaña electoral del candidato a las elecciones presidenciales, Nicolas Sarkozy, por un monto de un valor de 50 millones de euros”.

Mediapart no informó que la financiación se llevara finalmente a cabo, pero la izquierda reclamó explicaciones a Sarkozy y la apertura de una investigación independiente.

El 12 de marzo, Sarkozy calificó de “grotesco” un eventual financiamiento de su campaña presidencial de 2007 por parte de Gadafi. Este sábado, su portavoz, Nathalie Kosciusko-Morizet calificó las informaciones de Mediapart de “ridículas”.

Estas acusaciones se producen a una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en las que las encuestas dan como ganador a François Hollande.

El candidato socialista atacó el sábado a su adversario, denunciando su actitud “deplorable” y la de su campo al acercarse la votación del 6 de mayo.

“Antes de la primera vuelta hubo polémicas, ataques, denigración. Pero el resultado del domingo pasado agregó pánico” en el bando del presidente, dijo Hollande en entrevista al diario Le Parisien.

Desde hace varios días, François Hollande es diabolizado como el “candidato de la inmigración y del comunitarismo” por parte de Nicolas Sarkozy, quien fue segundo detrás del socialista en la primera vuelta (27,18% frente a 28,63%) y quien tiene que seducir a los electores de Marine Le Pen (Frente Nacional, extrema derecha, 17,90%) para aspirar a ganar.

Por ello, Sarkozy asume proposiciones del FN, causando críticas de la izquierda y de algunas escasas figuras de su propio campo.

Esta posición derechista no parece serle productiva, según las últimas encuestas que muestran una gran estabilidad después de la primera vuelta, al considerar las encuestas que Sarkozy será derrotado con un porcentaje de 45 a 46% de las intenciones de voto.