Estados Unidos no reaccionará a conceptos como “despenalización, descriminalización o reducción de daños” de las drogas, sino a propuestas concretas y detalladas, dijo el miércoles el secretario de Asuntos Internacionales de Narcóticos del Departamento de Estado, William Brownfield.

“No vamos a reaccionar a conceptos, vamos a reaccionar a propuestas concretas y detalladas”, afirmó Brownfield a la AFP en referencia a la discusión desatada por la propuesta del presidente de Guatemala, Otto Pérez, de discutir la legalización de las drogas.

El funcionario estadounidense participó en una reunión a puerta cerrada sobre iniciativas innovadoras para ayudar a los países de América Latina a reducir los niveles de violencia derivada de la lucha contra el narcotráfico, en el marco del Foro Económico Mundial en Latinoamérica, que se celebra en Puerto Vallarta, en la costa del Pacífico mexicano.

Brownfield señaló que su gobierno está muy satisfecho con la decisión de la Cumbre de las Américas, que tuvo lugar en Colombia la semana pasada, de solicitar a la Organización de Estados Americanos (OEA) elaborar un diagnóstico sobre la situación del combate al narcotráfico en la región.

“Estamos totalmente contentos” por la petición enviada a la OEA para “organizar un esfuerzo, para decidir dónde estamos los 34 gobiernos del hemisferio en este momento con nuestras políticas, nuestras estrategias y nuestras leyes”, añadió.

El diplomático consideró que ése será un buen punto de partida con “una base de datos” para estudiar.

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, propuso en la Cumbre de las Américas abrir un debate sin prejuicios ni dogmas sobre las alternativas para enfrentar el tráfico de drogas.

El combate contra el tráfico de drogas ha costado decenas de miles de muertos a América Latina, no sólo por la violencia de la represión contra los cárteles y las luchas entre estos, sino también por la que ha desatado el consumo de pasta base de cocaína en las ciudades.

La discusión se ha extendido a la opinión pública estadounidense, donde el 50% de la población estaría de acuerdo en legalizar la marihuana, según encuestas realizadas en ese país.

“Incluso el presidente Obama está preparado para la discusión, (pero) desafortunadamente la burocracia estadounidense está muy poco preparada” para enfrentar este debate, dijo de su lado Ethan Nadelmann, de Alianza por una Política de Drogas.

El especialista indicó que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos y otras dependencia públicas no “tienen una estrategia, no consideran seriamente” otro tipo de propuestas porque han estado 45 años aplicando las mismas medidas de combate al narcotráfico.

La intención de cualquier funcionario de explorar otras opciones afecta a su carrera profesional, por lo que “se mantienen ciegos”, sostuvo.

Nadelmann hizo algunas propuestas en el foro en el que estuvo Brownfield, entre las que destaca la comercialización de la marihuana como el alcohol, con acceso regulado y educación para los jóvenes.

La legalización de la cocaína y la heroína, opinó, será políticamente imposible por mucho tiempo, pero con la legalización de la marihuana se pueden reducir los índices de criminalidad, violencia, arrestos y mercados negros, argumentó.

Ante esto, Brownfield replicó planteando cuestiones como si esta legalización “¿es para todo el mundo, para niños de seis o siete años, de 16 años o mayores de 21 años? ¿Quién es responsable de la venta de marihuana? Sin licencia o con licencia, ¿quién es responsable de decidir la licencias?”.