Un líder de campesinos que reclaman tierras fue encontrado muerto este miércoles en el noroeste de Colombia, cinco días después de que un grupo armado lo secuestrara con su hijo de 15 años, informaron la Iglesia Católica y el gobierno.

Familiares identificaron los restos de Manuel Ruiz con una herida de bala en el pómulo y el cuerpo “maltratado”, reportó en su sitio electrónico la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz de la Iglesia Católica (CIJP).

El cadáver del dirigente campesino fue hallado en el municipio de Mutatá, en la conflictiva zona de Urabá, situado unos 390 km al noroeste de Bogotá.

Poco después fue encontrado otro cadáver de un joven que podría ser Samir Ruiz, hijo de Manuel, explicó la comisión.

La Defensoría del Pueblo informó que padre e hijo fueron raptados el viernes y que durante el cautiverio Manuel Ruiz llegó a comunicarse con este organismo.

El secuestro fue atribuido al grupo ‘Águilas Negras’, considerado heredero de las organizaciones paramilitares de extrema derecha desmovilizadas entre 2003 y 2006.

Desde el primer semestre de 2011, Ruiz llegó a solicitar en tres ocasiones medidas de protección ante las amenazas de muerte que había recibido, subrayó la Defensoría.

Las amenazas eran producto de sus denuncias por la ocupación de tierras en la comunidad de Apartadocito (Urabá) ordenada por empresarios que utilizaron a sus empleados y grupos armados para expulsar a campesinos, dijo la CIJP.

El gobierno de Colombia trata de aplicar una ley de restitución de tierras promulgada el año pasado que pretende devolver unos dos millones de hectáreas a cerca de 400.000 familias desplazadas por la violencia antes del fin de la presidencia de Juan Manuel Santos en 2014.

“La muerte de este importante dirigente no puede frenar el proceso de restitución porque eso es, precisamente, lo que quieren los violentos que lo asesinaron”, reaccionó el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, quien relacionó el crimen con la labor de reclamante de Ruiz.

Vargas Lleras dijo que el objetivo del ataque puede ser impedir la próxima entrega a campesinos de los primeros títulos de tierras recuperadas por el gobierno en la zona y llamó a la población a no dejarse intimidar.

Urabá es una de las regiones más afectadas por el despojo de tierras a manos de los paramilitares.

Al menos ocho líderes de los reclamantes de tierras fueron asesinados el año pasado en Colombia.