Numerosos policías franceses están movilizados para identificar y neutralizar al autor de un inédito triple crimen contra miembros del ejército en Francia que seguía prófugo este domingo.

Una testigo afirmó que el asesino, “un hombre de estatura media, bastante corpulento”, la empujó tras acribillar a balazos a tres militares de un regimiento de Montauban (suroeste) el jueves, causando la muerte de dos de ellos. El pasado domingo 11 de marzo, la misma arma había sido usada para matar a otro militar en Toulouse (suroeste).

“El asesino me empujó. Se dio la vuelta y, al moverse, la visera del casco se le levantó unos centímetros y distinguí un tatuaje o una cicatriz a la altura de la mejilla izquierda. También distinguí sus ojos a través de la visera. Tenía una mirada fría, de una espeluznante lucidez”, declaró a la radio RTL.

Por otra parte, un joven militar de Castres (suroeste) fue detenido durante unas horas en la noche del sábado para ser interrogado, antes de ser liberado, según una fuente de la investigación.

El fiscal de Toulouse, Michel Valet, confirmó esta detención, calificándola de “acto de investigación, sin otro alcance ni consecuencia”.

Una fuente de la investigación negó que la misma esté bloqueada. “Hay muchas cosas que investigar y verificar, lo cual toma su tiempo. Soy optimista, pero hay que tener paciencia”, agregó.

Se considera que estos crímenes están vinculados, ya que se usó la misma arma en los dos casos, pero los investigadores piensan que la víctima de Toulouse y los tres soldados de Montauban no se conocían.

El tercer soldado del 17º Regimiento de Ingenieros Paracaidistas (RGP) de Montauban, que resultó herido el jueves en el mismo incidente en el que murieron dos de sus compañeros, sufrió heridas de bala en la médula espinal y seguía el domingo entre la vida y la muerte.

Montauban es una ciudad de unos 60.000 habitantes que alberga el regimiento de élite del ejército francés que envía regularmente contingentes para las operaciones exteriores, como la de Afganistán.

El ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé, se ha negado a establecer una relación entre los asesinatos y la presencia de soldados franceses en Afganistán.

La justicia francesa vinculó inmediatamente el doble asesinato de Montauban con un crimen cometido el domingo 11 de marzo en Toulouse, una gran ciudad cercana.

Allí, un suboficial de 30 años del Primer Regimiento de Paracaidistas (RTP) de Francazal (suburbio de la ciudad) estaba cerca de su moto cuando otro motociclista se le acercó, le disparó al menos una bala en la cabeza, y se dio a la fuga. Contrariamente a los tres militares de Montauban, iba vestido de civil.

En ambos casos, el modus operandi presenta similitudes en el uso de una moto y el calibre del arma utilizada (11,43 mm). Además, los regimientos de las víctimas efectuaron misiones en Afganistán.

El dueño de una panadería que se encuentra cerca de la escena del crimen había asegurado que el asesino de Montauban apuntó a los militares. “Una persona esperaba detrás de los soldados para retirar dinero del cajero automático de un banco. El asesino la obligó a moverse para ultimarlos”, contó.