Por 25 votos a favor, cinco en contra y tres abstenciones, la sala del Senado aprobó la propuesta del Presidente de la República de nombrar al economista Joaquín Vial Ruiz-Tagle como nuevo integrante del Banco Central, en reemplazo de José De Gregorio.

No exento de polémicas luego que algunos senadores criticaran la forma en que el Ejecutivo propuso al nuevo consejero del instituto emisor, los senadores de la Alianza y parlamentarios de oposición, incluyendo a los senadores de la Democracia Cristiana, respaldaron la propuesta del Mandatario.

En contra de la propuesta presidencial se manifestó el senador del Partido Socialista (PS) Camilo Escalona, quien dijo que rechazaría el nombramiento “por un problema de coherencia”.

Al respecto, dijo que “el gerente de estudios de un banco privado, el BBVA, y hasta hace poco presidente de una AFP, no debiese asumir funciones en el Banco Central. Hay un problema de conflicto de interés latente. El punto de vista del señor Vial es unilateral, al decir que sólo hay conflicto de interés cuando se pasa del sector público al mundo privado”.

Escalona manifestó que “los lazos contractuales de trabajo que se establecen durante un ejercicio profesional que se lleva a cabo en el sector privado no desaparecen de manera automática e inmediata. Cuando un individuo pasa de regulado a regulador conlleva en sí mismo latente un conflicto de interés”.

El senador de Renovación Nacional (RN), Carlos Larraín, en cambio, defendió el nombramiento de Vial señalando que “hay una noción desde algunos partidos de la oposición de que el Gobierno está plagado de conflictos de intereses, pareciera que la gente de nuestro sector no tuviera desinterés, patriotismo ni una idea de bien común”.

“Acaso Joaquín Vial cuando dejó de ser director de Presupuesto debió quedarse cesante, cobrar subsidios, radicarse en Tanganica o irse a la OEA a ocupar un regio salón con piso de mármol. Nosotros nos tenemos una clase mandarina que esté en el camarín, en una sala hiperbárica esperando ser llamados para desempeñar los cargos públicos. Esos son lujos que sólo se permite la izquierda en su infinita capacidad de flotación. Nosotros tenemos que recurrir a la gente que viene del mundo real”, precisó.