El número de desempleados en España supera ya, la barrera histórica de los cinco millones, con una tasa de 22,85%, récord en casi 17 años, en un país al borde de la recesión que multiplica las medidas de rigor para sanear sus cuentas.

El aumento del desempleo es especialmente dramático para los menores de 25 años, más de la mitad de los cuales (51,4%) se encuentra sin trabajo en un país donde 1,575 millones de hogares tienen a todos sus miembros desocupados.

En los últimos tres meses de 2011, 295.300 personas más integraron las listas de desempleados, que ya totalizan 5.273.600.

La situación se ha agravado, dado que en el tercer trimestre el número de nuevos desempleados fue inferior a la mitad (148.000) y en el segundo incluso, había descendido ligeramente.

Ahora, la tasa alcanza su nivel más alto desde el primer trimestre de 1995.

Mientras tanto, España vivió su milagro económico, gracias al auge de la construcción, antes de caer de forma notoria con el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 coincidiendo con la crisis mundial.

En sólo cuatro años, el país triplicó su tasa de desempleo, desde un mínimo histórico de 7,95% en 2007.

“Esto tiene que ver con la contracción que está produciendo la economía”, explica Javier Velázquez, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

Es también “consecuencia de todas las medidas de ajuste fiscal tan rápido: evidentemente esto está generando una contracción de la demanda y al final determina también un incremento del paro”, subraya.

La mayoría de las 17 Comunidades Autónomas españolas, fuertemente endeudadas, emprendieron vastos planes de rigor para sanear sus finanzas.

Cataluña, por ejemplo, recortó 10%, es decir mil millones de euros, de su presupuesto de salud; mientras que las regiones de Madrid y Valencia imponían ahorros en educación, lo que provocó un malestar social que no deja de crecer.

El gobierno central, dirigido desde diciembre por el conservador Mariano Rajoy, también puso el acento en la austeridad, decidiendo no reemplazar a los funcionarios vacantes en la mayoría de los servicios y sólo a uno de cada diez en la salud y la educación.

De momento anunció recortes por 8.900 millones de euros y subidas de impuestos por 6.300 millones.

Pero si quiere lograr, como ha prometido, un déficit público de 4,4% del PIB en 2012, tras cerca del 8% en 2011, deberá ahorrar más de 40.000 millones de euros, en un contexto de recesión: el banco de España prevé una caída del 1,5% del PIB este año.

El consejo de ministros debe aprobar por otra parte el viernes su proyecto de ley de estabilidad presupuestaria, que limita el déficit y la deuda del conjunto de las administraciones públicas del país.

Pese a congratularse por los esfuerzos del nuevo gobierno, el Banco de España, la Unión Europea y el FMI expresaron en los últimos días su preocupación por el creciente desempleo y urgieron a España a reformar cuando antes su mercado laboral, considerado demasiado rígido.

El ejecutivo español prevé adoptar una ley en este sentido próximamente.

“La primera medida que hay que tomar es reducir los costes excesivos del trabajo, limitando las indemnizaciones por despido, y la segunda acabar con los contratos temporales para establecer un único contrato indefinido”, considera Javier Díaz-Giménez, economista de la IESE Business School de Madrid.

“Esta es una situacion casi insostenible”, reconoce Velázquez, subrayando que España gasta actualmente “entre el 3 y el 4% del PIB en protección al desempleo”.

En su opinión sería “un error” intentar repetir el milagro económico únicamente bajando los costes salariales.

“Nuestro modelo de crecimiento en los años 90 se equivocó”, afirma. “El crecimiento no debe estar basado sólo en el crecimiento del empleo, sino que se tiene que acompañar de crecimiento de productividad”, defiende.