Socorristas reanudaron al comenzar la noche del viernes las búsquedas en el “Concordia”, que se desplaza unos milímetros cada hora, mientras una conmovedora ceremonia reunió en la isla de Giglio a los allegados de las personas muertas en el naufragio.

“El barco se estabilizó y las búsquedas volvieron a comenzar en la parte superior” del crucero, la que está emergida, debido a que una veintena de personas siguen dadas por desaparecidas, anunció a la AFP Alessandro Busonero, portavoz de la marina italiana.

La decisión de reanudar la exploración fue tomada tras una serie de reuniones que hicieron constatar que el barco se había estabilizado.

“Hemos verificado que las oscilaciones ocurridas la noche anterior no tienen un movimiento continuo”, indicó a los periodistas en el lugar Cosimo Nicastro, portavoz de los guardacostas.

En lo que respecta a la parte que está bajo el agua que es “más peligrosa” y de la que se han encargado los elementos de la marina de guerra, “evaluaremos mañana los datos sobre la posición del barco, y si sigue estable enviaremos submarinistas para revisar el puente número tres para ver si encontramos todavía a alguien”.

En la tarde una conmovedora ceremonia se llevó a cabo en la isla toscana, donde familias de algunas de las once personas que perecieron fueron en barco cerca del paquebote naufragado para lanzar allí flores antes de recogerse para orar en una pequeña iglesia local.

El “Costa Concordia”, varado desde hace casi una semana en la pequeña isla italiana del Giglio, se movió este viernes por lo que los socorristas habían suspendido en la mañana las búsquedas, según el portavoz de la Marina militar italiana, Alessandro Busonero.

Once personas murieron en el naufragio del viernes pasado, y unas 20 permanecen desaparecidas. Las búsquedas estuvieron interrumpidas casi toda la jornada del miércoles y se reanudaron el jueves.

En total 24 personas -de las cuales tres figuran sin duda entre los cuerpos aún no identificados- permanecen desaparecidas desde hace casi seis días. Se trata de 12 alemanes, cinco italianos, dos franceses, dos estadounidenses y tres miembros de la tripulación: un italiano, un peruano y un indio.

Las búsquedas se habían reanudado el jueves a pesar de un mar agitado.

Las peligrosas inmersiones de los buzos en el navío se dificultaron el jueves por el viento y las olas que azotan la isla y ponen en peligro la estabilidad del crucero semihundido, que corre el riesgo de deslizarse hacia al cercano precipicio de unos 70 metros.

Pero la situación meteorológica se agravó el viernes con un viento de 40 a 50 km/h y olas anunciadas de un metro y medio.

El bombeo del combustible del buque (2.380 toneladas) tampoco pudo comenzar a pesar de los riesgos de marea negra en la isla, una reserva natural de gran valor ecológico.

Esta operación podría durar unas semanas y es muy complicada ya que hay que calentar el combustible para que sea más fluido.

Cuando el buque se chocó con la roca a 300 metros de la isla, el viernes, los depósitos de combustible del “Costa Concordia” estaban casi llenos.

La ira de los familiares se acrecentó el jueves después de que el peruano Saturnino Soria, padre de la joven desaparecida Erika, pidiera públicamente a las autoridades italianas que el comandante del navío, Francesco Schettino, “no quede impune por lo que ha hecho”.

La liberación del controvertido comandante del crucero, acusado de ser el principal responsable de la tragedia y que se encuentra en arresto domiciliario en su residencia de Meta de Sorrento, cerca de la sureña Nápoles, generó irritación entre los parientes de las víctimas que esperan noticias en la isla de Giglio, donde se produjo la tragedia.

Según el presidente de la firma Costa Crociere, propietaria del buque, Pier Luigi Foschi, el capitán del ‘Costa Concordia’ “no fue honesto” con los responsables en tierra al explicar la situación.

“Personalmente pienso que no fue honesto. No tengo elementos para decir si estaba lúcido. Pienso que estaba perturbado desde un punto de vista emocional”, declaró en una entrevista con el Corriere della Sera.

El Consejo de Ministros italiano decidió decretar el estado de catástrofe natural en la zona afectada por el naufragio.