La primera jornada de la Liga española, que debía comenzar el sábado en Primera División, ha quedado aplazada tras la reunión que mantuvieron este viernes la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE).

“Hoy (viernes) hemos puesto sobre la mesa nuestras posiciones que están muy alejadas y nos concentramos ahora en salvar la segunda jornada de campeonato”, declaró el presidente de la LFP, José Luis Astiazarán, durante una rueda de prensa tras la reunión.

“Está claro que la primera jornada no se va a jugar. Seguimos en el mismo punto. Hay que ver ahora como salir de esta situación”, afirmó, por su parte, Luis Gil, gerente de la AFE.

Las dos partes, que volverán a reunirse de nuevo el sábado y el lunes, no han acordado por ahora una fecha para disputar la primera jornada del campeonato español.

Preguntado sobre la posibilidad de dejar la Liga en 37 jornadas y anular completamente la primera, Astiazarán no se pronunció: “la prioridad ahora es arreglar el diferendo que existe entre la Liga y los jugadores”.

“En todo caso, respetamos plenamente la decisión de los jugadores de hacer huelga, que forma parte de sus derechos constitucionales”, insistió el presidente la LFP.

Los futbolistas españoles quieren con su medida de presión protestar por los casos de impagos de salarios en algunos clubes.

Los jugadores reclaman, entre otras peticiones, una garantía de pago por parte de sus clubes ante los varios casos de impagos existentes.

Más de 200 jugadores están afectados por la situación en la primera y segunda división españolas, y los impagos alcanzan los 50 millones de euros, según la AFE.

Las principales diferencias parecen seguir girando en torno a las garantías de pago por parte de los clubes y la cuantía de un fondo para evitar estas situaciones de impago.

La LFP aprobó el pasado 3 de agosto crear hasta 2015 un fondo para garantizar las deudas de los clubes en concurso de acreedores (antigua suspensión de pago) hasta 2015 hasta un límite de 10 millones de euros por temporada, monto que los jugadores consideran insuficientes.

El sindicato reclama, además, la posibilidad de que los futbolistas rompan unilateralmente su contrato en caso de no ser pagados durante tres meses seguidos.

Por su parte, la LFP considera que “hemos llegado a nuestro tope, no podemos dar más de lo que tenemos”.