La prudencia es siempre buena compañera, y más tras el empate de anoche en Asunción.

Y es que después de la victoria del domingo, la Selección no era la mejor de América, ni es la peor de esta parte del mundo tras lo de ayer. Los matices que tuvo cada partido –la aparición de los titulares frente a Estonia, la multiplicidad de suplentes contra Paraguay, verticalidad en el segundo tramo del amistoso dominical, confusión e irregularidad ante la “albirroja”, entre otros- ayudan a centrar la discusión de cara a la Copa América.

El comienzo del juego fue similar al del triunfo dominical en Macul, ya que la oncena de Borghi no supo engancharse al juego y repitió las imprecisiones al momento de buscar el toque de primera. Lo que no se esperaba era ver a un equipo “cortado”, en donde Medel y Estrada no tenían conexión con Luis Jiménez, y que redundaba en una nula aparición de los atacantes Rubio y Paredes – quienes no se retrasaban a recibir balones como Humberto Suazo ante los europeos-.

Extrañaron las descoordinaciones defensivas en la primera etapa: Gonzalo Jara se sintió ahogado por la banda y puso en aprietos a Claudio Bravo con sorpresivas devoluciones; los atacantes paraguayos tuvieron amplias libertades para llegar en los últimos 25 minutos del primer tiempo –entre Santa Cruz y Santander tuvieron cuatro opciones de llegar al gol ante la pasividad de la retaguardia nacional-; y el golero nacional complicado al momento de salir a cortar los balones detenidos del equipo de Gerardo Martino.

Al momento de buscar nombres propios en la actuación de Chile, aparecen Waldo Ponce, Gary Medel y poco más. ¿El resto? Jean Beausejour tuvo actitud, pero falló al momento de buscar el área por las bandas; Gonzalo Fierro se diluyó con el correr de los minutos; Carlos Muñoz tuvo mayor presencia y peso en la ofensiva que Diego Rubio; y Luis Jiménez no supo armar juego.

Lo visto en el “Defensores del Chaco” deja, al menos, una conclusión: La diferencia entre el once estelar y sus variantes son muy marcadas, algo que preocupa a la hora de buscar el recambio durante la Copa –un tema que está presente ante la sobrecarga de juego que traen algunos seleccionados-, mientras que la búsqueda de funcionamiento a la que aspiraba Borghi no encontró eco en tierras asunceñas, pero parece que el técnico ya tiene la fórmula para el trofeo continental, algo que la hinchada espera con ansias ver en cancha, aunque la prudencia siempre es buena compañera.