Un atentado “terrorista” causó este jueves la muerte de al menos 15 personas, incluidos extranjeros, en un café de Marrakech (sur), el corazón turístico de Marruecos.

Rabat, París y Madrid, seguidos de Washington y el Consejo de Seguridad de la ONU y del secretario general Ban Ki-moon, denunciaron el ataque “terrorista” y “odioso” cometido hacia el mediodía.

Según fuentes oficiales marroquíes, un kamikaze se hizo estallar en un café bastante concurrido de la célebre plaza Yamaa el Fna de Marrakech, una ciudad muy turística a 350 km al sur de Rabat.

Según la televisión pública marroquí, el atentado causó la muerte de 15 personas, entre ellas 6 franceses y 3 marroquíes, así como una veintena de heridos. Horas más tarde el ministerio de Relaciones Exteriores holandés informó de la muerte de un holandés.

El rey de Marruecos, Mohammed VI, ordenó una investigación rápida y transparente del atentado, según un comunicado del gabinete real, en tanto el ministro de Comunicación, Jalid Naciri, declaraba que “se trata de un acto terrorista, un acto criminal deliberado”.

Según él, “Marruecos está confrontado a las mismas amenazas que en mayo de 2003 y les hará frente con diligencia y voluntad”.

Se trata del atentado más mortífero en Marruecos desde los de Casablanca, el 16 de mayo de 2003, en que murieron 45 personas, incluidos 12 kamikazes.

El Consejo de Seguridad de la ONU condenó el ataque “odioso”, reafirmando que “el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las amenazas más graves contra la paz y la seguridad internacionales”.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declaró por su parte “horrorizado” por el ataque.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, condenó en un comunicado el “cobarde ataque terrorista (…)” y ofreció un “apoyo total” a Rabat para hallar a los autores del ataque.

El secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, dijo a su vez que estaba “profundamente conmocionado”.

El presidente francés Nicolas Sarkozy condenó “con la mayor firmeza” el atentado, que calificó de “acto odioso, cruel y cobarde que causó numerosas víctimas, entre ellas franceses”.

Puede ser “un atentado perpetrado por un kamikaze”, había afirmado un funcionario de la prefectura que trabaja en el hospital al que fueron transportados algunos de los cuerpos.

Marruecos un país de 32 millones de habitantes, cuya economía está estrechamente ligada al turismo, no se ha visto hasta el momento muy afectado por la ola de protestas que sacude al mundo árabe desde comienzos del 2011.

Sin embargo, se registraron algunas manifestaciones a favor de cambios democráticos, particularmente desde el 20 de febrero, después de un discurso del rey Mohammed VI en el que prometió reformas.

Según los primeros elementos de fuentes médicas y oficiales, once extranjeros, entre ellos cinco mujeres, y tres marroquíes murieron en la explosión en la que también resultaron heridas unas veinte personas.

“Los elementos de la investigación que tenemos permiten afirmar que es la tesis del atentado la que prevalece”, afirmó un responsable del ministerio del Interior, que pidió el anonimato.

“Hemos encontrado clavos en uno de los cuerpos”, afirmó el funcionario, sugiriendo que la bomba estaba compuesta de explosivos y pedazos de acero.

El atentado se produjo en el café y restaurante Argana, un lugar muy frecuentado por los turistas, en la plaza Yamaa el Fna, epicentro de Marrakech.

La explosión se “produjo efectivamente en la terraza del café”, afirmó a la AFP Latifa Idrisi, la mujer de un mozo, Yasin Buzidi, de 28 años, muerto en el atentado.

“El dueño del café resultó gravemente herido y se encuentra hospitalizado”, agregó Idrisi.

Según un cliente del café, que salió indemne del atentado, “un individuo entró al café. Pidió un jugo de naranja y unos minutos más tarde se hizo estallar”.

Otro testigo, contactado por teléfono, dijo que “la primera planta del café Argana, donde los turistas se instalan para ver la plaza, resultó dañada”.

La fachada del café quedó destruida y las sillas y mesas de la terraza, desperdigadas.