La postura crítica de la presidenta brasileña Dilma Rousseff sobre violaciones a los derechos humanos en el mundo, que definió al iniciar su mandato en enero, es una “muy buena noticia”, afirmó el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, en entrevista con la AFP.

“Es una muy buena noticia, sin ninguna duda”, la orientación del nuevo gobierno brasileño en materia de derechos humanos, dijo Shetty, quien indicó no obstante que Brasil debe atender situaciones internas en las que el respeto a los derechos individuales está en riesgo.

“El primer paso” fue el voto favorable en marzo a la creación de una relatoría especial de la ONU para los derechos humanos en Irán, señaló.

El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva recibió críticas por dialogar con Irán sin reprochar la situación de derechos humanos en ese país.

La actual presidenta, Dilma Rousseff, inauguró su mandato asegurando que será crítica con las violaciones a los derechos humanos en cualquier país: “Tengo una postura bastante intransigente en derechos humanos (…). En mi gobierno no habrá ninguna duda al respecto”.

En su juventud, Rousseff enfrentó la dictadura brasileña y fue encarcelada y torturada.

De origen indio, Setty dijo “entender perfectamente” cuando India o Brasil acusan a los países occidentales de practicar un doble discurso a la hora de denunciar las violaciones a los derechos humanos más enfáticamente en unos países que en otros.

Sin embargo, dijo, India y Brasil no deberían hacer lo mismo: “No creo que sea una buena idea que Brasil o India se mantengan callados” sin denunciar las violaciones en países como Irán o Corea del Norte.

Para el jefe de Amnistía Internacional, el nuevo gobierno brasileño podrá mostrar su opción de denuncia a las violaciones de los derechos humanos ayudando a presionar a Sri Lanka o Siria, donde la comunidad internacional parece más reticente a actuar que en Libia.

“Brasil está siendo más y más importante en la arena global” y por eso sus opiniones en esa área van a tener cada vez mayor impacto, especialmente por ser una nación emergente, aseguró Shetty.

“Y en la medida en que tiene mayores aspiraciones para convertirse en un actor internacional, tendrá que poner su casa en orden” y será presionado para ello, afirmó.

Shetty puso como ejemplo la actuación de Brasil de cara a grandes eventos deportivos que albergará, como la Copa del Mundo de 2014 y las Olimpíadas de 2016.

“La cuestión son las remociones forzadas (de personas en favelas de Rio de Janeiro para hacer obras de infraestructura en el lugar). Es otra cara de las Olimpíadas”, ejemplificó.

Amnistía Internacional destaca tres grandes áreas internas en las que Brasil debe actuar: la seguridad pública y la violencia policial, las “increíbles” condiciones de las prisiones, y los derechos indígenas.