Los disturbios en el norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, provocados por la reelección del presidente Goodluck Jonathan, un cristiano del sur, se reanudaron la noche del lunes causando “numerosos muertos”, según la Cruz Roja.
La cantidad de heridos por bala o machete, o que recibieron golpes, pasó de 276 a 362 personas, agregó la Cruz Roja que no pudo precisar la cantidad exacta de muertos y que aludió este martes a un “relativo regreso a la calma”. No se proporcionó ningún balance oficial.
“La situación se calmó relativamente, por la noche hubo manifestaciones, especialmente en los Estado de Kaduna, Katsina y Zamfara”, dejando “numerosos muertos”, declaró este martes de mañana a la AFP Umar Abdul Mairiga, coordinador de la Cruz Roja nigeriana.
Los primeros disturbios estallaron el domingo a la noche, provocados por acusaciones de fraude durante los comicios.
Jonathan, de 53 años, fue proclamado el lunes ganador de la elección presidencial que se celebró el sábado. Su principal rival, Muhamadu Buhari, un musulmán del Norte, ampliamente derrotado, lanzó este martes un llamado a la calma y condenó las violencias.
Los disturbios afectaron a 14 Estados en donde los manifestantes musulmanes incendiaron comercios, iglesias y viviendas, dejando varios muertos, según un responsable nigeriano de seguridad.
La policía indicó que detuvo decenas de personas, afirmando que los disturbios están relacionados al descontento de algunos tras el resultado de la elección, pero que no eran “ni étnicos ni religiosos”.
La violencia afectó a Kano, segunda ciudad del país, y Jos (centro), teatro de frecuentes violencias intercomunitarias en la frontera entre el Norte musulmán y el Sur cristiano, pero también en Kaduna, Zaria, Sokoto.
En la ciudad de Potiskum, en el Estado de Yobe (noreste), testigos informaron que la multitud intentó inmolar una cristiana pero que fue rescatada por habitantes de la localidad.
Los disturbios desplazaron a más de 15.000 personas, según la Cruz Roja.