La victoria de los Verdes en un rico estado regional alemán refleja los temores a la energía nuclear tras el accidente en una central japonesa y debilita al partido conservador de la canciller Angela Merkel, aunque su gobierno no corre peligro de caer, según analistas.

Los cristiano-demócratas (CDU) de Merkel gobernaron Baden-Wurtemberg -cuya economía tiene la talla de la de Bélgica- durante 58 años, aunque las idas y vueltas de la canciller respecto al futuro de la energía nuclear en Alemania espantaron a los votantes antes de este crucial comicio.

Los Verdes, partido ecologista anti-nuclear, obtuvieron un apoyo récord de 24% en las elecciones del domingo, el doble de su desempeño en 2006, y están en condiciones de liderar por primera vez una coalición con los social-demócratas, que consiguieron 23% de los votos.

Así, la oposición superó al partido de Merkel y sus aliados liberales del FDP, que recolectaron entre ambos un 44% de los sufragios en este estado regional del suroeste de Alemania, sede de grandes empresas como Daimler y Porsche.

Merkel reconoció el lunes que la derrota electoral sufrida por su partido es “muy dolorosa y admitió que era consecuencia del accidente nuclear en Japón.

“El debate vinculado con la central nuclear japonesa de Fukushima explica claramente esta derrota electoral”, señaló.

“Como partidaria del uso pacífico de la energía nuclear, mi visión de la energía atómica cambió tras los acontecimientos en Japón”, agregó.

Tras el accidente de Fukushima, Merkel modificó su posición en materia de energía nuclear, al decidir una moratoria sobre la prolongación de la vida de las centrales que ella había hecho aprobar sólo cinco meses antes, por lo que muchos electores consideraron que la canciller no era creíble en este asunto.

El 45% de los votantes consideró el tema nuclear como un elemento clave de los comicios y el ministro de Relaciones Exteriores y líder del FDP, Guido Westerwelle, instó a replantear la situación.

“Los espantosos acontecimientos en Japón, el accidente nuclear en Fukushima y las consecuencias para nosotros en Alemania; esos fueron los temas más importantes en esta elección regional”, dijo Westerwelle a la prensa.

“Fue un referéndum sobre el futuro de la energía atómica”, agregó.

El candidato de los Verdes, Winfried Kretschmann, de 62 años y que debería convertirse en el primer gobernante regional de su partido en Alemania, se refirió a una “victoria histórica”.

Su fuerza, afirmó, tiene otra vez el viento en popa en un “super” año electoral, con otros tres comicios a la vista.

“Es obvio que los votantes están mirándonos para que desempeñemos un nuevo papel”, señaló el líder de los Verdes, Cem Ozdemir, tras estas elecciones.

El resultado en Baden-Wuettemberg, fronterizo con Francia y Suiza, es una humillación para Merkel, de 56 años, tras las derrotas en Renania del Norte-Westfalia (oeste) en mayo y Hamburgo (norte) en febrero.

Sin embargo, los analistas estiman que la coalición de Merkel resistirá, en gran medida porque la oposición todavía es demasiado débil a nivel nacional y su partido no dispone de una alternativa viable para reemplazarla.

“La CDU no tiene a nadie. Está encadenada a Merkel, al menos hasta las próximas elecciones federales”, que están prevista para 2013, indicó el semanario Der Spiegel en su sitio web.

“La coalición no caerá, ni habrá nuevas elecciones” anticipadas, aseguró el biógrafo de Merkel, Gerd Langguth.

“Ambos campos no se beneficiarían de elecciones federales anticipadas y por ello no tienen interés en convocarlas”, dijo Langguth al diario Passauer Neue Presse.

Si la alianza en el poder debería sobrevivir, diferente es la situación del líder del FDP, objeto de fuertes críticas dentro de su partido que podrían costarle el puesto, según varios diarios alemanes.