Un histórico juicio se inició el lunes contra el ex dictador argentino Jorge Videla y otros ex jerarcas militares, acusados de un plan sistemático de robo y cambio de identidad de unos 500 bebés, hijos de desaparecidos, en su mayoría nacidos en cautiverio en cárceles clandestinas.

Videla, de 85 años, llegó al Tribunal esposado y fue sentado en el banquillo junto al último presidente de la dictadura (1976-1983), el ex general Reynaldo Bignone, en un juicio oral contra un total de ocho reos, entre ellos dos ex almirantes, Antonio Vañek y Rubén Franco.

“Fuimos un botín de guerra del régimen”, dijo a la AFP en la puerta del tribunal uno de los testigos y víctimas, Leonardo Fossati (33 años), uno de los 102 nietos que recuperaron la identidad merced a la labor de la organización humanitaria Abuelas de la Plaza de Mayo, candidatas al Premio Nobel de la Paz.

Los padres de Fossati, ambos desaparecidos, militaban en la gremial Unión de Estudiantes Secundarios y en la combativa Juventud Peronista en el momento de ser secuestrados en 1977, cuando la madre estaba embarazada.

“Nací en una comisaría. Me adoptó una familia de buena fe. Pero gracias a las Abuelas encontré mi verdadera familia y mi identidad”, dijo Fossati.

El juicio durará hasta fin de año y se intentará probar la existencia de un sistema destinado a apropiarse de menores, en presencia en una misma sala de jefes del Ejército terrestre y de la marina, por primera vez desde el Juicio a los Comandantes en 1985, considerado el ‘Nüremberg’ argentino.

En la puerta de los Tribunales, agitaban banderas y entonaban cánticos en favor de la justicia manifestantes de la entidad HIJOS, de detenidos-desaparecidos, entre otras organizaciones.

Una de las principales maternidades clandestinas funcionó en Campo de Mayo, la unidad militar más grande del país (periferia oeste de Buenos Aires), y otra en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), donde las embarazadas daban a luz encapuchadas.

“Esperamos 30 años para que se haga justicia y verlos en la cárcel”, dijo a la AFP Chela Fontana, madre de Liliana, quien fue secuestrada por un comando militar cuando estaba embarazada de dos meses y medio.

La pareja sigue desaparecida, pero merced al trabajo de silenciosa búsqueda e investigación de Abuelas se logró recuperar en 2006 a quien era el bebé apropiado, Alejandro Sandoval Fontana, hijo de Liliana Fontana y de Pedro Sandoval.

Sobre Videla ya pesa una condena a prisión perpetua por crímenes, secuestros y torturas, en tanto que Bignone, de 83 años, está cumpliendo un castigo de 25 años de cárcel.

“De todas las perversiones del Estado terrorista, robar y quitar la identidad es la más increíble”, señaló a la AFP Adelina Alaye, de 83 años, dirigente de Madres de Plaza de Mayo ‘Línea Fundadora’.

Los tradicionales pañuelos blancos se vieron en la entrada del Tribunal, antes de la lectura de cargos, según los cuales se han seleccionado 35 casos emblemáticos de sustracción de menores y cambio de identidad, sobre unos 500 registrados por Abuelas de Plaza de Mayo.

Entre los casos más resonantes de bebés robados está la nieta del poeta argentino Juan Gelman, apropiada al nacer y recuperada 24 años después, y el nieto de la fundadora y presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, quien aún no pudo hallarlo.