El presidente Nicolas Sarkozy exhortó este miércoles a sus ministros a pasar vacaciones en Francia, tras los escándalos provocados por las facilidades obtenidas por su canciller en Túnez y por su primer ministro en Egipto, dos países confrontados a violentas rebeliones populares.

“A partir de ahora, para sus vacaciones, los miembros del gobierno deberán privilegiar Francia” como destino, anunció Sarkozy en una intervención ante el consejo de ministros difundida más tarde por la presidencia.

El jefe de Estado galo justificó su decisión en que “las exigencias contemporáneas en materia de moral pública se han reforzado considerablemente en los últimos años”. “Las expectativas de los ciudadanos son más fuertes que antes y son legítimas. Es nuestro deber no decepcionarlos”, afirmó Sarkozy al día siguiente de que el diario satírico-político Le Canard Enchainé revelara que el jefe de gobierno francés, François Fillon, pasó sus vacaciones de fin de año en Egipto invitado por el presidente Hosni Mubarak.

La revelación sobre el viaje de Fillon y familia a Egipto, tan sólo semanas antes de las masivas manifestaciones contra Mubarak, en el poder desde hace 30 años, que ya han dejado 300 muertos, según la ONU, fue una sorpresa debido a la reputación de político discreto y riguroso de la que gozaba el primer ministro.

El caso Fillon se sumó a las críticas que ya afrontaba el gobierno francés por las vacaciones, que también en Navidad, pasó la ministra francesa de Relaciones Exteriores, Michele Alliot Marie, en Túnez, a cuenta de un empresario amigo del derrocado presidente tunecino Zine el Abidine Ben Alí.

En ambos casos “los más altos responsables franceses aceptaron sin pestañear facilidades de regímenes” que han demostrado “hasta qué punto se han preocupado poco por los derechos humanos y por el futuro de sus pueblos”, afirma este miércoles en su editorial el diario francés Le Monde.

Responsables de la derecha gobernante tacharon la polémica de “absurda”, mientras la oposición socialista consideró que el gobierno francés “perdió el sentido del espíritu público”.

“Debemos imperativamente favorecer la difusión de una verdadera cultura de la deontología en la vida pública francesa”, dijo Sarkozy a sus ministros. “El ciudadano tiene derecho a exigir de toda persona que gobierna (…) una transparencia real”, sostuvo el jefe de Estado francés, quien según Le Canard Enchainé, pasó sin ir más lejos, el último fin de semana en Nueva York como invitado.

Para frenar la polémica a menos de año y medio para las elecciones presidenciales de 2012, Sarkozy dispuso que “las invitaciones al extranjero serán autorizadas por el primer ministro en acuerdo con el departamento diplomático de la presidencia”.

Sarkozy, que sigue con una baja tasa de popularidad (34%) tiene previsto desde hace semanas responder el jueves por televisión a las “preocupaciones de los franceses”, sin imaginar que esta “operación reconquista” prevista desde hace días, podría verse empañada, según la prensa, por las “vacaciones de los ministros”.

Otros ministros y presidentes franceses disfrutaron de vacaciones pagadas como Francois Mitterrand y Jacques Chirac.

“Los gobernantes se tratan y se ayudan (…) como los miembros de una cofradía suprema que termina por despreciar los criterios éticos del común de los mortales”, fustiga en su editorial el diario francés Liberation.

Este miércoles, muchos recordaban la “república irreprochable” que Sarkozy prometió en 2007, aunque días después de llegar a la presidencia, descansaba a bordo del jugoso yate de su multimillonario amigo y empresario Vincent Bolloré.