Más de 5.000 campesinos se hallaban el sábado en el casco urbano del municipio de Anorí, noroeste de Colombia, en un éxodo forzado por guerrilleros de las FARC que se oponen a las fumigaciones de cultivos de coca, señalaron diversas fuentes.

“Tenemos en el pueblo más de 5.000 personas que han llegado procedentes de diversos caseríos y pedimos ayuda al gobierno nacional porque esto es un drama social”, dijo el alcalde de Anorí, Nicolás Herón, a radioemisoras del departamento de Antioquia, donde se ubica ese municipio y cuya capital es Medellín.

El éxodo “ha crecido de manera dramática esta semana”, añadió Herón, quien solicitó la ayuda del gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, para atender lo que llamó “emergencia humanitaria”.

Una fuente de la Policía en Antioquia dijo por teléfono a la AFP que “miles de personas” llegaron en los últimos ocho días al casco urbano de Anorí “presionadas por guerrilleros del frente 36″ de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas).

Las FARC, la mayor guerrilla del país con entre 9.000 y 11.000 combatientes, “buscan con este desplazamiento forzado evitar las aspersiones de los cultivos ilícitos”, según la Policía y la gobernación de Antioquia.

Una campesina destacada en la plaza principal de Anorí (470 km al noroeste de Bogotá) dijo bajo anonimato a una radio de Medellín que los guerrilleros les forzaron a abandonar sus casas y parcelas en remotos caseríos, donde existen cultivos de coca, materia prima de la cocaína, y amapola, base de la heroína.

La gobernación de Antioquia ofreció una recompensa de cinco millones de pesos (2.500 dólares) por datos que permitan detener a los insurgentes que forzaron el éxodo e instan a los labriegos a manifestarse en las calles de Anorí, según la versión oficial.

El Ejército señaló que redoblará los patrullajes en el municipio a fin de facilitar el retorno de los labriegos, aunque tal anuncio no satisfizo a líderes campesinos que temen quedar a merced de los guerrilleros si vuelven a casa, declaró uno de ellos a radioemisoras.

El gobernador de Antioquia, Luis Ramos, dijo el miércoles pasado que los guerrilleros sembraron minas antipersona en varios sitios para evitar la erradicación de los cultivos ilícitos.