El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, encabezó este viernes en Puerto Cabello el recibimiento del segundo de los cuatro buques para vigilancia litoral construidos en España tras un acuerdo en 2005.

El buque de vigilancia litoral (BVL) “Yavire”, el segundo que llega al país después del “Guaicamacuto”, cuenta con radar para vigilancia, rampa para embarcaciones y fue construido en los astilleros de la empresa pública española Navantia.

“Hay que dar las gracias al gobierno de España no sólo por el apoyo tecnológico, sino porque el gobierno ‘yanqui’ hizo todo lo posible para que el gobierno de España no firmara el contrato ni el convenio con Venezuela para modernizar nuestra tropa”, declaró Chávez durante el acto.

El presidente agradeció por este acuerdo al rey Juan Carlos I de España, al presidente José Luis Rodríguez Zapatero y especialmente “a un gran amigo, corajudo, valiente, que era ministro de Defensa en ese tiempo, (José) Pepe Bono”.

“Este acuerdo no hubiera sido posible con gobiernos anteriores de España subordinados como estaban al mandato de Washington”, consideró Chávez, firme opositor de Estados Unidos en la región.

Chávez dijo además que el próximo lunes será abanderado con el estandarte venezolano un tercer buque “y el cuarto estará acá pronto”.

Según Navantia, estos buques podrán realizar misiones de vigilancia y protección del litoral y del tráfico marítimo, asistencia sanitaria a otras embarcaciones, transporte, operaciones de búsqueda y rescate, intervención rápida, defensa de superficie entre otras.

Además de los BVL, el gobierno venezolano encargó a Navantia cuatro patrulleros oceánicos de vigilancia de la Zona Económica Exclusiva de 96,6 metros de eslora, 2.300 toneladas de desplazamiento y 24 nudos de velocidad que se están construyendo en España.

“El primero de ellos debe estar acá en marzo de 2011″, aseguró Chávez.

La venta de 8 barcos patrulleros fue firmada entre España y Venezuela en 2005, en un contrato que también incluía 12 aviones militares. Sin embargo, un veto introducido por Estados Unidos impidió que se cristalizara su comercialización, ya que las aeronaves tenían piezas diseñadas con tecnología estadounidense.