El Congreso de los Diputados español aprobó este jueves la prolongación hasta el 15 de enero del estado de alarma decretado por el gobierno a principios de mes por una huelga de controladores aéreos, con el fin de evitar la paralización del tráfico aéreo en las fiestas de fin de año.

A favor votaron 180 diputados, frente a nueve en contra y 131 abstenciones.

Esta medida de excepción, sin precedentes desde el final de la dictadura franquista, en 1975, fue decretada el 4 de diciembre por 15 días.

El gobierno pidió el martes al Congreso una prórroga de un mes para evitar el riesgo de otra huelga sorpresiva durante Navidad y fin de año, momento en que aumentan los viajes en avión.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y los diputados nacionalistas catalanes de CiU y los vascos del PNV votaron a favor, mientras que el principal partido opositor, el Partido Popular (PP, conservador), se abstuvo.

El ministro Ramón Jáuregui, encargado de las relaciones del gobierno con los diputados, explicó ante el Congreso que sigue habiendo incertidumbres sobre las intenciones de los controladores aéreos tras la huelga del 3 y 4 de diciembre, que obligó a cerrar el espacio aéreo español durante casi 24 horas.

“La prórroga significa que algo más de 2.000 controladores están movilizados para que 47 millones de españoles no vean perturbados su derechos, la economía no se vea afectada y España cumpla sus compromisos internacionales en el tráfico aéreo”, explicó.

Por su parte, los controladores habían asegurado por escrito a los diputados que se comprometían a no volver a la huelga.

Pero el ministro de Fomento, José Blanco, encargado de los transportes, duda de ese compromiso.

Con el estado de alarma, los controladores quedan bajo mando militar y podrían ser sometidos a sanciones contempladas en el código penal militar por no haberse presentado al trabajo durante casi 24 horas.

El estado de alarma -diferente a los estados de excepción y de sitio-, está recogido en la Constitución y en una ley de 1981 para eventualidades como “accidentes de gran magnitud”, “crisis sanitarias”, “paralización de servicios públicos esenciales” o “situaciones de desabastecimiento”.

Los controladores, que hasta este año tenían el mayor salario de Europa para el sector, fueron a la huelga total sin previo aviso después de la reforma de sus condiciones por parte del gobierno para denunciar sus horarios.