Dos soldados de la OTAN murieron este jueves en ataques en Afganistán, lo que eleva a 341 las bajas internacionales en lo que va de año, que se perfila como el más mortífero desde el comienzo de la guerra, mientras que seis civiles perdieron la vida en el este del país por un cohete.

El primer militar murió en un ataque en el este, según un comunicado de la fuerza de la OTAN (ISAF), y el segundo en el Sur por la explosión de una mina artesanal, el arma por antonomasia de los talibanes.

La OTAN no revela nunca la identidad ni la nacionalidad de las víctimas y deja que lo hagan las autoridades de sus países de origen.

Desde el 1 de enero de 2010, 341 soldados extranjeros murieron en Afganistán, según un recuento de la AFP basado en las cifras de la página internet independiente icasualties.org.

El año 2009 ya fue, con 521 muertos, el más mortífero para las fuerzas internacionales desde que expulsaron del poder a los talibanes a finales de 2001.

La insurrección de estos combatientes islamistas se intensificó durante los dos últimos años pese a la presencia de unos 142.000 soldados de las fuerzas internacionales.

Por otro lado, seis civiles murieron y otros diez resultaron heridos por la caída de un cohete en un mercado de Janijail, en la provincia de Paktia, en el este, declaró a la AFP Rohulá Samoon, portavoz del gobernador provincial, sin aclarar quiénes fueron los autores del ataque.

Los talibanes suelen utilizar lanzacohetes.