Un proyecto de ley que levanta las restricciones a los viajes y elimina obstáculos a las ventas agrícolas a Cuba avanzó este miércoles en el Congreso estadounidense al ser aprobado por una comisión, pero todavía debe transitar un largo y tortuoso camino legislativo.

“La moción es adoptada, el proyecto pasa y es recomendado a la Cámara”, anunció el presidente de la Comisión de Agricultura, el demócrata Collin Peterson y principal promotor de la legislación, luego de que recibiera 25 votos a favor y 20 en contra.

El proyecto prohíbe al presidente estadounidense impedir que un ciudadano viaje a Cuba, elimina la disposición que obliga al régimen castrista a pagar al contado y por anticipado los productos agrícolas y permite transferencias directas entre instituciones financieras cubanas y estadounidenses.

“Hemos tratado de aislar a Cuba por más de 50 años y no ha funcionado”, dijo Peterson.

Pero enfatizó que esta ley “no pone fin al embargo contra Cuba”, vigente desde 1962, sino que elimina “requisitos para hacer negocios en Cuba y coloca el comercio agrícola en los mismos términos que con cualquier otro país”.

El texto debe ahora ser aprobado en las comisiones de Relaciones Exteriores y Finanzas, a las que también compete, para luego ser votada en el pleno de la Cámara y pasar al Senado, donde ya varios legisladores han manifestado su oposición al proyecto.

La votación favorable este miércoles fue precedida de un arduo debate, durante el cual los republicanos y varios demócratas manifestaron su rechazo a que se liberen los viajes a Cuba, actualmente permitidos sin restricciones sólo a los cubanoestadounidenses.

“Esta ley no mejorará las condiciones del pueblo cubano (…) Sólo enriquecerá a los dictadores”, dijo el republicano de mayor rango en la Comisión, Frank Lucas.

Los antagonistas del proyecto alegan que permitir los viajes a Cuba fomentará el turismo en la isla y otorgará grandes cantidades de recursos al régimen castrista.

El texto recibe el apoyo de más de 140 organizaciones agrícolas, sociales, religiosas y comerciales, como la Cámara de Comercio de Estados Unidos y Human Rights Watch, indicó Peterson.

“Este es un importante primer paso hacia una política que tiene más probabilidades de traer cambios en Cuba y beneficios comerciales a Estados Unidos”, señaló la Cámara de Comercio en un comunicado, al afirmar que esta ley incrementaría las exportaciones norteamericanas en 365 millones de dólares.

“Yo me opongo e impediré cualquier intento de aprobación de esta medida en el Senado”, advirtió desde ya el senador demócrata de origen hispano, Bob Menéndez, augurando un tortuoso camino para esta legislación.