El papa Benedicto XVI dijo este martes que “el peligro más grave para la Iglesia” católica son los pecados cometidos por sus miembros, que la contaminan desde dentro.

Durante la misa celebrada en la basílica de San Pedro en honor a los santos patronos de Roma, Pablo y Pedro, el sumo pontífice no mencionó explícitamente los escándalos de pedofilia que sacuden desde hace meses el clero católico, pero sí declaró que “las persecuciones sufridas por los cristianos” en 2.000 años de historia “no son el peligro más grave para la Iglesia”.

“Los daños más importantes vienen de lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y sus comunidades, debilitando su capacidad de testimonio y de profecía”, dijo Benedicto XVI en su homilía.

Citando al apóstol San Pablo, el Papa habló de “problemas de divisiones, de incoherencia, de infidelidad al Evangelio que amenazan seriamente a la Iglesia”.

Entre los “males espirituales y morales” que minan la Iglesia católica desde dentro, el Papa citó “actitudes negativas” como “el egoísmo, la vanidad, el orgullo, el apego al dinero”.

El 11 de mayo, en el avión en el que viajaba a Portugal, el Papa dijo ya que la mayor “persecución” contra la Iglesia no venía de “enemigos exteriores”, sino de su propio “pecado”.

Entre los asistentes a la misa de este martes estaba monseñor André-Mutien Léonard, jefe de la Iglesia católica de Bélgica, donde el registro de la sede del episcopado en el marco de una investigación por pedofilia levantó las iras del Vaticano y del Papa.