Un grupo de alpinistas nepaleses realizará una difícil y peligrosa expedición al Everest para limpiar la cima más alta del mundo de la basura que se ha acumulado allí durante décadas de montañismo.
Veinte personas, dirigidas por el alpinista Namgyal Sherpa, que ya escaló siete veces el Everest, desafiarán la falta de oxígeno y temperaturas muy inferiores a 0º para retirar más de dos toneladas de residuos.
Ya hubo en el pasado intentos similares, pero según Sherpa, su grupo -formado enteramente por alpinistas que ya ascendieron a la cima al menos una vez- será el primero que entre en la región conocida como “zona de la muerte”, por encima de los 8.000 metros, donde el oxígeno es insuficiente para vivir.
Según asociaciones de defensa del medio ambiente, el Everest, en la cordillera del Himalaya, está cubierto de los desechos dejados por diversas expediciones, pero también se encuentran allí los cadáveres de alpinistas que no se descompusieron debido al gran frío.
“El Everest pierde su belleza. La cumbre está ahora cubierta de botellas de oxígeno, antiguas banderas, cuerdas y viejas carpas. Y hay por lo menos dos cadáveres desde hace años”, declaró Sherpa, de 30 años, a la AFP.
Unos 4.000 alpinistas han escalado el monte Everest (8.848 metros) siguiendo el ejemplo de Edmond Hillary y Tenzing Norgay, que fueron los primeros en llegar a la cumbre, en 1953.
La expedición comenzará a fines de abril, para gozar de mejores condiciones meteorológicas entre fines de la primavera y el comienzo del monzón.
En cada viaje, los alpinistas deberán transportar cada uno 15 kilos de basura. El grupo contará con la ayuda de 11 cocineros y porteadores, que no serán autorizados a superar el límite de los 7.000 metros de altura.