Las embajadas de Estados Unidos y Gran Bretaña en Saná cerraron el domingo debido a amenazas de la rama de Al Qaida que reivindicó el atentado fallido de Navidad, en momentos en que Washington y Londres van a cooperar más “contra el terrorismo” en Yemen y en Somalia.
“La embajada de Estados Unidos en Saná cerró hoy, 3 de enero de 2010, debido a la existencia de amenazas de Al Qaida en la Península Arábiga (AQAP) contra los intereses estadounidenses en Yemen”, según un comunicado de la página web de la legación diplomática.
Un responsable yemení anunció a su vez el cierre de la embajada británica, confirmado en Londres por un portavoz del Foreign Office que adujo “motivos de seguridad”.
España ha decidido restringir el acceso a su embajada en Saná por seguridad.
“España mantiene abierta y operativa su embajada en Yemen, pero restringe los accesos por seguridad”, afirmó este domingo una fuente diplomática española.
En su reivindicación del atentado fallido perpetrado por el nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab en un vuelo Amsterdam-Detroit, Al Qaida en la Península Arábiga (AQAP por sus siglas en inglés) juró muerte a “todos los cruzados” y afirmó que el ataque era en respuesta a una de las dos operaciones de diciembre contra sus miembros en Yemen.
La embajada estadounidense ya había advertido el jueves a los estadounidenses en Yemen de “amenazas de acciones terroristas y de violencia contra los intereses y los ciudadanos norteamericanos en el mundo”.
Yemen, acusado durante mucho tiempo de no hacer lo suficiente contra Al Qaida en su territorio, ha decidido pasar a la ofensiva, con el apoyo de Estados Unidos.
Tras las incursiones aéreas del 17 y 24 de diciembre, en las que murieron más de 60 presuntos miembros de la red, Saná envió refuerzos militares al este del país para perseguirlos.
“Estas medidas entran en el marco de las operaciones destinadas a perseguir a los elementos de Al Qaida, prevenir cualquier intento de respuesta después de las incursiones (contra la red) y estrechar el cerco en torno a los extremistas”, afirmó el sábado una fuente de seguridad yemení.
El mismo día, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak y en Afganistán, el general Petraeus, transmitió al presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, el apoyo de su país en la lucha contra el terrorismo.
Este último, se felicitó, según los medios de comunicación oficiales, del “éxito de las operaciones” lanzadas recientemente contra Al Qaida, que demuestran la determinación de Yemen de perseguir a los “elementos terroristas” y apoyar los esfuerzos de la comunidad internacional en su lucha contra el terrorismo.
Gran España y Estados Unidos encabezan estos esfuerzos.
“Vamos a colaborar con las autoridades estadounidenses (…) para mejorar la lucha contra el terrorismo llevada a cabo por las autoridades yemeníes”, declaró este domingo el primer ministro británico, Gordon Brown, a la cadena BBC1.
Londres y Washington prevén financiar una unidad especial de policía antiterrorista en Yemen y suministrar más apoyo a los guardacostas yemeníes, según Downing Street.
Una fuente gubernamental en Saná se ha congratulado por ello.
“Necesitamos dar más medios a estas unidades y desarrollarlas”, dijo.
En una declaración publicada el domingo en la página web del ministerio de Defensa, el jefe de los servicios de seguridad nacional de Yemen, Ali al-Ansi, afirmó que hubo 61 “atentados terroristas” en Yemen entre 1992 y 2009 y que el “60% de estos atentados fracasaron”.