Un canastillo colgado por cables, sillas voladoras, o endebles balsas de madera, son el medio de transporte con que los habitantes de zonas rurales del sur deben cruzar ríos y canales, debido a la falta de caminos o puentes que les permitan llegar a sus trabajos o escuelas.

Esta peligrosa práctica que es muy común en el sur del país, que la semana pasada cobró la vida del niño de sólo 10 años, Luis Rivera Catripán, en Panguipulli, quien falleció ahogado tras darse vuelta la canastilla que usaba para cruzar el río Zahuil, cuando volvía del colegio.

El ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar, dijo que la canastilla en cuestión nunca debió estar funcionando, ya que cerca del lugar hay una pasarela peatonal.

El “Programa Puentes para Chile” del Ministerio de Obras Públicas, contempla durante el año 2009 invertir 72 millones de UF para financiar los cerca de 1.350 proyectos, que consideran obras de construcción de puentes nuevos, conservación, reparación y reposición de 542 estructuras, emplazadas en rutas principales y caminos secundarios , en áreas urbanas y rurales del país.

Pese a esta millonaria inversión fiscal en vialidad, el Senador Andrés Allamand, dijo que aún son muy comunes estas “trampas mortales” para quienes quieran cruzar los ríos de los campos del sur de Chile.

Allamand criticó que la Presidenta Bachelet no le haya enviado un mensaje de condolencias a la familia del pequeño Luis, quien se pudo haber salvado si en vez de usar la canastilla como lo dictaba la tradición, hubiese caminado 1 kilómetro más arriba, donde hay una pasarela peatonal.