Ante el Tribunal Supremo de Rusia ecologistas interpusieron la primera demanda climática en la historia de ese país.
En concreto, la acción se presentó buscando la revisión de un decreto de Vladimir Putin sobre emisiones de gases de efecto invernadero.
“Esta demanda tiene muchos objetivos, el principal detener un crimen contra todos los rusos ya que la situación actual no permite a la gente planificar su futuro”, declaró a Efe el activista Arshak Makichián, firmante del recurso.
“Muchos no tienen la comprensión total de todo lo que sucede y son engañados por las autoridades”, agregó.
Según indicó el grupo en un comunicado, esta demanda exige a las autoridades rusas que “tomen las medidas necesarias para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero necesarias para mantener el incremento de la temperatura promedio mundial en 1,5 grados centígrados”.
“Esto salvará la vida de miles de personas que pueden morir debido al cambio climático en las próximas décadas si Rusia no cumple con sus obligaciones internacionales en virtud del Acuerdo de París”, afirmaron los activistas.
Dardos contra Vladimir Putin
En la demanda también se exigió la derogación del decreto presidencial que estableció la reducción de las emisiones para 2030 hasta un 70% del nivel de 1990.
Además, los firmantes exigieron anular la disposición gubernamental que estableció la reducción de las emisiones para 2050 al 80% de los niveles de 1990, al señalar que esta cifra no debe superar el 5%.
Los objetivos que marca la denuncia fueron calculados en base al modelo del proyecto independiente de expertos Climate Action Tracker, los más adecuados para que Rusia cumpla sus compromisos climáticos internacionales.
Los demandantes aseguraron que Rusia es uno de los principales países emisores de gases de efecto invernadero y denunciaron que el aporte ruso a la lucha contra el cambio climático es “extremadamente insuficiente”.
Makichián defendió la importancia de hablar de las relaciones existentes entre la política y la ecología en la actualidad, al defender que las protestas ecologistas promovidas por su movimiento Fridays for Future, inspirado por las protestas de la sueca Greta Thumberg, “son las únicas que han tenido cierto éxito en Rusia”.
“El gobierno de Rusia es criminal, ni le preocupa el pueblo ruso. Son estafadores, ladrones y asesinos”, añadió.
La petición fue firmada por 20 activistas, que incluyen a representantes de Fridays for Future y las organizaciones Ekozaschita y Grupo Moscú-Hélsinki.
“El grupo enfrenta riesgos considerables al presentar esta demanda en un contexto de medidas internas represivas cada vez mayores para silenciar las voces de la oposición y de la sociedad civil durante muchos años y cada vez más en los últimos meses”, indicaron los firmantes.
Según los demandantes, esta situación se agrava debido a “la inevitable superposición entre los problemas planteados por la guerra de Rusia en Ucrania y la debilidad de la postura rusa sobre el cambio climático”, al denunciar que el país quema diariamente millones de metros cúbicos de gas.
“Muchos activistas climáticos también son activistas contra la guerra en un país donde ahora es un delito incluso describir las acciones rusas en Ucrania como una ‘guerra’ o una ‘invasión’, y algunos ya están pagando un alto precio por su valentía”, denunciaron los activistas.