A la edad de 94 años falleció la noche de este martes en Santiago el diplomático y ex director del Instituto Antártico Chileno (Inach), Óscar Pinochet de la Barra (1920-2014).

Pinochet de la Barra destaca por ser uno de los impulsores y partícipes del Tratado Antártico de 1959, sistema que rige actualmente el destino del Continente Blanco, donde nuestro país tiene presencia.

Desde los inicios de su carrera diplomática abrió la ruta chilena en el continente Antártico, al escribir su tesis de Derecho “La Antártica Chilena”, merecedora del Premio Municipal de Literatura de 1944 y posteriormente al integrar desde 1947 las tres primeras Campañas Antártica de Chile.

El año 1994 logró llegar al Polo Sur y gran parte de su vida diplomática y fruto de sus numerosos escritos tuvieron relación con el continente Austral. Cabe destacar su invaluable aporte al Sistema Antártico durante todos los años que fue Jefe de la Delegación Nacional a las Reuniones Consultivas y en la génesis del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, como Presidente de la Reunión Consultiva Especial que negoció dicho acuerdo, en Viña del Mar, 1990.

Fue director del Instituto Antártico Chileno (Inach) desde 1990 hasta 2003, año en que la institución se trasladó a Punta Arenas, siendo además uno de sus fundadores en 1963. Esta institución cumple hoy (29 de mayo) 50 años dedicados a la promoción de la ciencia antártica chilena. También y en forma conjunta, fue Director de la Academia Diplomática, “Andrés Bello”, entre 1990 y 1991.

No obstante que su principal interés estaba en los temas antárticos, tuvo una brillante y fructífera carrera diplomática, llegando a ser Subsecretario de Relaciones Exteriores entre los años 1965 y 1968. Como diplomático, sirvió a Chile en Bélgica, Argentina, Estados Unidos y como embajador ante Rusia y Japón, entre otros.

También fue importante su interés por la Isla de Pascua, las relaciones con Bolivia y Perú y otra gran gama de temas que quedaron plasmados en numerosos libros, ensayos, novelas, antologías, poesías y varios cientos de artículos en revistas chilenas, argentinas, peruanas, uruguayas, alemanas y españolas.

Asimismo, su relevancia académica se reflejó en su pertenencia a la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, a la Academia Chilena de la Lengua y en su membresía correspondiente a la Real Academia Española.

Finalmente, fue en su decir un trotamundos, un romántico y un soñador que luchó por un mundo mejor.