La reducción del deseo sexual es uno de los problemas más comunes que enfrentan las parejas. En ocasiones, esto puede ser provocado por una sola persona.

“En una relación se suele llamar discrepancia en el deseo: una persona quiere sexo mucho más que la otra“, explica el Doctor en Psicología Marty Klein, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

Cabe señalar que no en todas las ocasiones el bajo deseo está relacionado con una disfunción sexual, es decir, no siempre se trata de una patología.

“La persona que siente menos deseo que su pareja podría tener buenas razones para hacerlo, ya sea si están conscientes o no“, explica el especialista.

Por este motivo, antes de empezar a pensar que hay algo malo en ti o en tu pareja, es necesario considerar algunos motivos razonables que podrían ocasionar la reducción en el deseo:

1. Conflictos crónicos en la relación

Cuando las personas se enojan con sus parejas o se siente tristes, es común que dejen el sexo de lado. “En ese momento no nos sentimos para nada generosos, flexibles o amables“, precisa el especialista.

Asimismo, advierte que si una pareja discute fuertemente, los efectos podrían durar por días o semanas, incluso después de olvidar el problema de origen. “El deseo podría nunca tener la oportunidad de volver después de que se han herido sentimientos”, advierte.

2. Mala higiene

La higiene personal juega un rol esencial durante los encuentros sexuales. El aliento, los dientes, el cabello, la piel y las uñas, etc. “Los estándares de algunas personas son simplemente más altos que los de otras, y algunas parecen ser genuinamente inmunes a su propio mal aliento o cabello sucio“, plantea el psicólogo.

De lo contrario, si la higiene personal de tu pareja te parece desagradable, estás empeorando la situación si no se lo dices. “Si el olor, textura o limpieza de su piel te dificulta que desees sexo, díselo de una manera amable pero clara. Él o ella se merece esta información“, enfatiza.

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3. Discordancia de parafilias

Una parafilia o fetiche, es otorgarle un patrón de comportamiento sexual a objetos o actividades atípicas, para sentir deseo o excitación.

“El problema no es necesariamente la parafilia, sino cuando una pareja no quiere participar o todo el asunto le parece asqueroso“, advierte el psicólogo.

Cuando una persona se siente aburrida o asqueada de la situación, puede provocar un bajo deseo sexual. En este caso, la pareja debe encontrar un consenso para que ambos disfruten.

4. Falta de planeación o preparación

“Los pacientes suelen decirme que el sexo debería de ser ‘natural y espontáneo’. Sin embargo, actualmente los adultos rara vez lo hacen, lo que es un malestar distinto que merece su propia discusión”, reflexiona el especialista.

Del mismo modo, si te acercas a tu pareja en un momento en el que está cansada, enferma o preocupada, podría sentir que no le estás prestando real atención. “Eso demuestra que estás pidiendo sexo cuando obviamente vas a ser rechazado”, profundiza.

“Si alguien nunca está de humor, sin importar qué, ese es un problema. Pero si tienes la costumbre de iniciar el sexo cuando tus posibilidades están casi en cero, entonces tú podrías ser quien tiene el problema y el aparente bajo deseo de tu pareja podría no ser una patología en absoluto”, concluye el especialista.