Llevan más de 67 años casados, viviendo juntos, y hoy por problemas de dinero podrían ser separados. “Esto podría devastarlos”, dice uno de sus familiares. Ese es el problema que vive una pareja de ancianos británicos que está batallando para continuar viviendo su amor.
Frank Springett tiene 91 años. Mary tiene 86. Ambos residen en el mismo hogar de cuidados para ancianos en Wootton Wawen, al oeste de Midlands, en Reino Unido.
La pareja vivió sin problemas hasta marzo del año pasado en la localidad de Chelmsley Wood, momento en que la salud de la mujer empeoró producto de un severlo alzheimer.
En ese contexto fue que la familia de los abuelos decidió trasladarlos a la casa de acogida donde podría tener los cuidados necesarios. Su esposo la acompañó, pues él también sufre de problemas auditivos, diabetes y rigidez muscular.
Así, ambos se han acompañado en momentos en que Mary sale a caminar por las calles sin motivo. Mientras Frank sufre por sus manos hinchadas y los dolores al levantarse.
Según consigna el portal británico Daily Mail para pagar los costos de este servicio privado debieron vender su hogar de toda la vida. No obstante, ese dinero se les está acabando. Cuando eso ocurra, los ancianos deberían ir a una casa de cuidados pública, pero sólo la mujer califica para acceder al beneficio.
Joanne Downes, hija de ambos, sostuvo al medio citado que las autoridades consideran a Frank una persona apta para vivir solo en un departamento. “La separación los devastará, porque nunca han pasado tiempo separados“, aseguró.
Añadió que “no sé qué haremos cuando el dinero se agote. Estoy a punto de romper, toda esta situación me está enfermando. No puedo dejar que mi padre sepa lo que está pasando, ya que lo matará”.
La situación llegó a oídos de las autoridades. Al ser consultados por el portal británico sobre lo que podría ocurrir, aseguraron que “en algunas situaciones, la gente decide financiarse a sí misma, y hacemos todo lo posible para que ellos y su familia estén al tanto de las implicaciones financieras de esto (…) Si las necesidades de atención de la gente o las circunstancias financieras cambian a medida que pasa el tiempo, reevaluaríamos su situación”.
La continuidad de esta sexagenaria pareja continúa siendo un enigma, pues ni los familiares ni los encargados han informado eventuales soluciones para los ancianos enamorados.
