La joven inglesa Megan Brewer es protagonista de una historia común entre adolescentes que buscan el cuerpo perfecto. Ella sufrió por años de anorexia, enfermedad que la llevó a caer en depresión y ver truncados sus sueños. En los últimos días, se abrió a contar cómo logró superar sus problemas.
La muchacha actualmente tiene 22 años y sufrió este trastorno alimenticio desde la niñez, cuando deseaba convertirse en bailarina de ballet y hacía todo lo posible por sentirse liviana sobre el escenario.
Brewer comentó que toda su vida estaba dedicada a realizar mucho ejercicio físico, pero este nunca pudo complementarlo con una buena alimentación. Su dieta consistía en consumir nueve tazas de café al día.
La muchacha indicó al medio Daily Mail que su obsesión con el cuerpo y las calorías comenzó a los ocho años. En ese tiempo se miraba mucho al espejo y lloraba si la imagen que reflejaba no era de su agrado.
“Mis padres están muy interesados en el ejercicio y la vida saludable, lo que aprendí y llevé al extremo. Recuerdo que me sentía molesta con los alimentos poco saludables desde una edad temprana, me daba asco comer papas fritas o pizza”, expresó.
Megan describe la anorexia como un “demonio” y empezó a notar que la padecía cuando notó su cara “gris y demacrada”. Por años intentó ocultarla, hasta que un día su padre la vio desvestida y notó su aspecto. “Él se puso a llorar frente a mí”, contó.
Fue en 2017, a los 21 años, cuando decidió ingresar a una clínica que se especializa en trastornos, con el fin de superar esta enfermedad.
“Al principio era una paciente ambulatoria, pero eso no funcionaba, así que me quedaba toda la semana en la clínica. Teníamos comidas y varios grupos de terapia, podía volver a casa los fines de semana”, indicó.
Hoy en día señala estar sana y haber superado este trastorno, agregando que sigue dedicada a la danza, pero de una manera muy saludable y cuidando llevar una dieta equilibrada.
“Los trastornos alimenticios no se tratan de peso. Las personas necesitan educarse para poder apoyar a otros. Es una mentalidad y la comida y el peso son sólo un síntoma de cuánto estás controlado por tus voces internas”, concluyó.
