Cuando Natalie Rawnsley -oriunda de Hertfordshire en Inglaterra– se fue de vacaciones con su esposo Stewart y sus dos hijos a la isla de Corfú en Grecia, jamás imaginó que esos serían sus últimos días.

La mujer de 37 años, que practicaba triatlón, murió repentinamente tras una intoxicación alimentaria que se salió de control.

Según indica el diario británico The Independent, Natalie perdió la vida 36 horas después de consumir “unos cuantos bocados” de pollo crudo en un restaurante del lugar.

“El hotel tenía dos o tres restaurantes. Era un buffet-restaurante y estábamos los cuatro comiendo juntos”, dijo Stewart, marido de la víctima, a los medios.

“Tenía a mis dos hijos conmigo, nosotros comimos pasta, pan y salchichas. Natalie tenía una cena completamente diferente que consistía en pollo, ensalada, langostinos y verduras”, añadió.

“Ya estábamos en la mesa cuando Natalie regresó con su comida. Natalie comenzó a comer la suya y mientras cortaba el pollo, éste emanaba sangre roja, y le comenté que parecía sangriento”, indicó el hombre.

“Ella se levantó, cambió su pollo por una porción diferente, volvió y se lo comió. Consumió sólo unos bocados del pollo”, manifestó.

Luego, durante la madrugada Natalie comenzó a vomitar sin parar por lo que en la mañana, ella y su esposo decidieron llamar a un médico, quien le diagnosticó gastroenteritis.

Con el pasar de las horas los síntomas empeoraron y debió ser trasladada a un centro médico cerca del hotel. Desde ahí, fue derivada al hospital. Stewart afirmó que en ese momento su esposa tenía “dolor en las piernas y también manchas rojas en todo su cuerpo”.

Al día siguiente, Natalie murió debido a que producto de la infección se le formaran coágulos de sangre en todo su cuerpo y se bloquearan sus vasos sanguíneos.

Tras pasar todo el día y la noche en el hospital, a la mañana siguiente, Stewart notó que el monitor cardíaco de su esposa no andaba bien. Llamó inmediatamente al personal médico y lo sacaron de la habitación.

“Estábamos afuera de la puerta y estuvieron allí cinco o diez minutos y luego salió la misma enfermera y se disculpó porque no había nada más que pudiera hacer por ella. Natalie falleció”, expresó el marido.

Aunque la mujer era saludable y deportista, el experto en infecciones Sebastien Lucas, afirmó que la evolución de este tipo de infecciones también puede tener un amplio componente genético. “Depende de cómo sean tus genes”, apuntó.

“Suponiendo de que se trata de una infección por E-Coli (bacteria Escherichia coli), el hecho de haber comido pollo crudo parece ser una teoría muy razonable”, complementó en conversación con el diario Independent.

“Hay un punto de inflexión cuando se genera la coagulación intravascular diseminada (condición que le quitó la vida a Natalie y que consiste en la formación de coágulos de sangre producto de una infección o inflamación). Por definición, una vez que comienza a pasar eso, estás condenado”, afirmó el médico, agregando que se trata de “un proceso muy rápido”.

La doctora Athanasia Vargiamidou, quien realizó la autopsia a la mujer, dijo que “la sangre no fue capaz de coagularse adecuadamente, se coaguló mucho y al mismo tiempo”.

La investigación forense -dada a conocer esta semana- determinó que Natalie murió por el consumo accidental de pollo infectado con E-Coli.

Jamás comer pollo crudo

De acuerdo a los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, “el pollo puede ser una opción nutritiva, pero el pollo crudo a menudo está contaminado con bacterias Campylobacter y a veces con bacterias Salmonella y Clostridium perfringens. Si consumes pollo poco cocido u otros alimentos o bebidas contaminados con pollo crudo o sus jugos, puedes contraer una (…) intoxicación alimentaria”.

Por lo mismo, este organismo entrega algunos consejos sobre este alimento:

– Siempre poner el pollo en una bolsa desechable antes de colocarlos en el carro de compras o refrigerador para evitar que los jugos crudos entren en contacto con otros alimentos.

– Lavarse las manos con agua jabonosa tibia durante 20 segundos antes y después de manipular el pollo.

– No lavar el pollo crudo. Durante el lavado los jugos del pollo pueden propagarse en la cocina y contaminar otros alimentos, utensilios y mesones.

– Utilizar una tabla de cortar diferente para el pollo crudo.

– Nunca colocar alimentos cocidos ni verduras o frutas frescas sobre un plato, tabla de cortar u otra superficie que antes haya tenido pollo crudo.

– Lavar las tablas de cortar, los utensilios, los platos y las superficies con agua jabonosa caliente después de preparar pollo y antes de continuar con la preparación del siguiente producto.

– Utilizar un termómetro de alimentos para asegurarse de que el pollo esté cocido a una temperatura interna segura de 73ºC.

– Si cocinas pollo crudo congelado, manipúlalo como lo harías si fuese pollo crudo fresco y sigue las instrucciones de cocción con cuidado.

– Si piensas que el pollo que te sirven en un restaurante o en cualquier otro sitio no está completamente cocido, envíelo de vuelta para que lo cocinen durante más tiempo.

– Refrigera o congela las sobras de pollo dentro de 2 horas (o dentro de 1 hora si la temperatura exterior es de más de 30ºC).

Cuándo consultar a un médico

De acuerdo a CDC, se debe acudir al médico si hay sospecha de intoxicación alimentaria. Los síntomas son:

– Fiebre alta (temperatura de más de 38.5ºC).
– Diarrea que no mejora.
– Heces con sangre.
– Vómitos prolongados.
– Signos de deshidratación, como:
* Producción muy escasa de orina.
* Sequedad de la boca y la garganta.
* Mareos al ponerse de pie.