Hay lugares, como Patagonia, en que la naturaleza agreste sobrepasa los límites, dónde la fuerza de los elementos supera la imaginación.
Son lugares que rompen las expectativas de cualquier visitante. Éste se ve atrapado, de golpe, en un paisaje surrealista, dónde la luz enceguece, el azote del viento hace perder el equilibrio. Y la amplitud y grandeza de los paisajes deja sin aliento hasta al más exigente turista.
Timothy Dhalleine
La Patagonia genera un profundo impacto en la gente que la visita. Timothy Dhalleine no fue ajeno a este hechizo, la Patagonia lo dejó asombrado y fascinado. Siempre fue un viajero incansable, pero en este rincón del planeta encontró algo especial, una naturaleza en su sofisticación máxima, con una flora y fauna rica, variada y única.
El fotógrafo francés llegó a Chile por amor. Viajó por medio mundo hasta que se enamoró de una chilena y la siguió hasta el fin del mundo.
“La conocí en Francia, estuvo de intercambio en mi último año de estudios. Viajamos juntos y luego me compré un pasaje a Chile sin vuelta, siguiéndola.”

Ahora tienen una hija de 5 años, su mayor tesoro. La llevan a pasear y a acampar con frecuencia, intentan que viva en permanente contacto con la naturaleza. Limitan al mínimo el uso de las pantallas y maximizan los estímulos con la naturaleza.
Dhelleine llegó con 23 años y ya lleva 11 fotografiando las Torres del Paine y la Patagonia en general. Cada rincón remoto le atrae como a un niño. Los lugares más visitados los recorre una y otra vez sin cansarse nunca. Cada día es distinto, la luz, las nubes.
Con los años se ha transformado en un reconocido fotógrafo de naturaleza. Ha publicado su trabajo en medios tan importantes como The Guardian y ha ganado festivales de cine, como el de Namur, en su país.


Chile, Patagonia y sus habitantes.
Dhalleine parece mirarnos desde su lente. No tiene ese sesgo de creernos un país pequeño pero sabiendo también que somos un país único. Timothy es un fanático de Chile, se ha hecho viral por sus dichos de frases conocidas. “Somos el mejor país de Chile”. Una frase que le causa gracia y que resume nuestra idiosincrasia.
“No creo que exista un país más hermoso que Chile”, dice a menudo. A su juicio Chile lo tiene casi todo, lo único que le falta son sistemas tropicales húmedos.
Pero Patagonia también es una tierra dura, donde sus habitantes tienen la piel curtida por los elementos. El invierno es especialmente duro, el suelo se cubre de nieve y escarcha y las temperaturas pueden bajar a 20 grados bajo 0. Es una tierra de hombres y mujeres acostumbrados al rigor, a la falta de luz en invierno y, al contrario, a su exceso en verano.


Con los años Dhalleine ha ido ajustando su mirada para capturar la estrecha relación de los habitantes con su entorno. Desde gauchos que se desplazan por las estepas arreando sus enormes piños de ovejas, hasta escaladores que desafían estas paredes imposibles.
Timothy Dhalleine conoce bien el mundo gaucho. Ha convivido con ellos, ha estado en sus trabajos, en sus puestos lejanos. De ellos destaca la simplicidad humana, una simplicidad que encuentra poética.
“Representan la importancia del compartir. Como cuando se pasan el mate, y la profundidad en la soledad de lo remoto, con sus canciones y esa vida en los puestos patagónicos. Creo que eso es muy poderoso a la hora de retratarlo.”


Salmoneras, conservación y turismo masivo.
Para un conservacionista es importante el perjuicio que están causando las salmoneras que se han instalado en Patagonia y, en especial, en la provincia de Última Esperanza. Es cierto que dan trabajo a la comunidad, pero, al mismo tiempo, provocan un serio daño ecológico. El impacto negativo en los fiordos no se puede negar, pero parte de la economía y el empleo depende de esta industria.
Dhellaine cree que hay que aceptar el impacto negativo de las salmoneras y buscar alternativas más sustentables. Propone ver algunos ejemplos positivos como Islandia y Escandinavia. Ellos han encontrado formas de tener cultivos en tierra y a no contaminar las napas, el agua. Se han preocupado de una gestión de residuos efectivos que permite convertir residuos en fertilizantes. Entonces, según el, hay ejemplos que dan una luz de esperanza, pero es un trabajo a largo plazo.
El fotógrafo francés decidió, junto a su familia, dejar el consumo de salmón… o comer lo mínimo.
“Chile no es precisamente un ejemplo de sustentabilidad” declara con cierta amargura.


Fragilidad y especies invasivas
Timothy Dhellaine está muy consciente que esta belleza es muy frágil. Por eso, la conservación cumple un rol fundamental en su vida y en su trabajo.
Su mayor preocupación son las especies invasivas. El castor que coloniza rápidamente los espacios y tiene un impacto determinante y catastrófico en los bosques y cursos de agua. El visón americano es muy preocupante y es un trabajo urgente que están realizando. Hay muchas especies amenazadas, el huemul, el puma, etc.
Dhalleine no para de trabajar en conservación efectiva, y en informar a los turistas, educarlos. Esa, cree él, es la clave para que estos sistemas tan frágiles puedan sobrevivir en el futuro.

Turismo masivo
Un problema grave que enfrenta Torres del Paine en la actualidad es el turismo masivo. Piensa, como muchos expertos, que en el futuro inmediato tiene que haber si o si una regulación en cuanto al número de visitantes al parque.
Cuenta Dhalleine que, cuando llegó hace 10 años atrás, llegaban al parque 200 mil personas al año. Este año ya se superará el umbral de 400 mil personas. Al ser estos sistemas frágiles, será necesario, a mediano plazo, limitar la cantidad de ingresos diarios.
El fotógrafo pone como ejemplo de turismo masivo el trekking a Base torres, dónde en temporada alta circulan más de 1000 personas al día por un estrecho sendero.
Actualmente trabaja, con su productora “Wildness”, realizando contenido audiovisual y fotográfico, principalmente para empresas de ecoturismo y organizaciones vinculadas a la conservación.
Mientras conversamos para este reportaje, Timothy se encuentra cumpliendo su sueño de vivir de la fotografía de naturaleza. Ahora, por ejemplo, cazando auroras boreales en Islandia. Pero esta vez la vuelta a casa será a un lugar golpeado por la tragedia. No podemos dejar de hablar de las 5 personas fallecidas en el paso John Gardner en el circuito de la “O”.


“Creo que esto es un triste recordatorio de lo exigente y peligrosa que puede ser la montaña. Por lo mismo, quienes trabajamos en el parque tenemos la responsabilidad de informar a los visitantes sobre los riesgos, las condiciones climáticas y lo que realmente implica recorrer sus circuitos de trekking.
“Es difícil emitir opiniones sobre lo ocurrido sin haber estado allí. Sin duda, hubo aspectos que podrían haberse evitado, y será la investigación la que determine exactamente cuáles. Creo que lo importante es tomar decisiones concretas para que tragedias de esta magnitud no vuelvan a repetirse.“

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