La lasaña es uno de los platos más famosos de la cocina italiana. Asimismo, se presenta en muchas versiones, dependiendo de su relleno.

Si bien su preparación parece complicada, hay algunos detalles que debes considerar para que quede perfecta.

A continuación te mostramos 8 errores comunes que se cometen al cocinar lasaña y cómo corregirlos:

1. No verificar las láminas

Antes de prepararla, debes verificar si las láminas vienen precocidas. En ese caso, no será necesario darles una cocción previa. No obstante, si lo haces de todos modos, correrás el riesgo de que se conviertan en una masa.

En el caso contrario, si las láminas vienen crudas, debes hervirlas durante unos cuatro minutos, precisa el sitio español Nova Life.

2. Dejar las láminas remojando

Si dejas las láminas durante mucho tiempo en el agua, es probable que se terminen pegando entre ellas, ocasionando un desastre.

En este caso, lo mejor que puedes hacer, es ir colocándolas en una bandeja para hornear, previamente untada con aceite. De este modo las mantendrás en perfecto estado, mientras preparas el relleno.

Asimismo, el chef español Sergio Torres, dueño de un restaurante con dos estrellas Michelin, detalló a la revista Hola, que la humedad de la salsa de tomate hidratará las láminas, por lo que debes tener cuidado con remojarlas.

3. No echarle salsa blanca

Hay personas que prefieren no aplicarle la salsa blanca para ahorrar calorías. Sin embargo, debes considerar que es necesaria para mantener las láminas húmedas y contrarrestar la acidez del tomate.

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4. Comenzar con la pasta

Para comenzar a rellenar, debes tener en cuenta que el primer nivel siempre debe ser de salsa de tomate y nunca de pasta. Esto ayudará a mantener la humedad de la lasaña y garantizará que el resto de las láminas no se peguen.

5. Hacer una lasaña muy alta

Por otra parte, cuando comiences a añadir el resto de las capas, debes procurar no sobrepasar el volumen de tu lasaña. Es decir, no hagas que tu plato adquiera una altura considerable.

En ese caso, solo conseguirás que tu preparación se desborde y que los ingredientes se dispersen. Además, quedarán con diferentes puntos de cocción.

6. Cuidado con el queso

Hay mucha controversia sobre este paso, pero según los expertos, lo más recomendable es no poner láminas de queso en la superficie de la lasaña, destaca el sitio español Cope.

En este caso, es mejor aplicar queso rallado, preferentemente parmesano, ya que aportará un toque salado. Si prefieres el mozzarella o ricotta, aconsejan añadir un poco de huevo y batir el queso antes de aplicarlo. Así no quedará tan seco.

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7. Resecar la lasaña

Colocar una tapa de aluminio durante un periodo de la cocción, evitará que la lasaña se reseque. La clave está en retirarla cuando lleve la mitad de tiempo en el horno, para que la parte superior se dore.

8. No retirar los excesos de grasa

Cuando hayas sacado la lasaña del horno, es recomendable utilizar un poco de papel de cocina para aplastar con mucho cuidado la parte superior, y retirar los excesos de grasa.

De este modo, potenciarás los sabores del tomate o la carne, los cuales son los verdaderos protagonistas de tu plato.