El policía pide investigar un delito contra la libertad sexual en España: "Mi reacción, además de asco, fue de contención por la extrema violencia".

Un policía de la Policía Nacional de España ha presentado una denuncia por un beso en la boca “repentino y no consentido” que una mujer le dio durante un operativo contra el referéndum independentista del 1 de octubre de 2017 en Catalunya, al considerar que puede ser constitutivo de un delito contra la libertad sexual.

“Mi reacción, además de asco, fue de contención por la extrema violencia”, señala al relatar que fue insultado por la mujer y luego, al percatarse ella que había cámaras de medios de comunicación, decidió agarrarle con las dos manos, “inmovilizándole” para propinarle un beso en la boca.

El escrito, consultado por la agencia Europa Press, se ha presentado con fecha de 11 de septiembre ante el Juzgado de instrucción número 7 de Barcelona por un agente de la Unidad de Intervención Policial (UIP).

Los conocidos como ‘antidisturbios’, que fueron desplegados en Barcelona en octubre de 2017 para cumplir con el mandato judicial de impedir el referéndum independentista.

El agente reclama que la mujer sea identificada, para lo que ofrece una imagen y un enlace a un vídeo publicado en un canal de Youtube donde se aprecia el beso.

También exige que se imponga la medida cautelar de alejamiento de mil metros respecto al denunciante y la prohibición de comunicación con el mismo por cualquier medio a fin de proteger a la víctima, es decir, al policía.

Mujer y beso a policía en España

Dentro del escrito el uniformado narró su versión de los hechos, asegurando que la mujer lo había insultado en reiteradas ocasiones, antes de darle el beso.

“Una señora de unos 60 años se acerca a mí, me insulta, y al observar que una cámara estaba próxima a ambos, me agarra con ambas manos del cuello y del casco antidisturbios que portaba al ir de uniforme, inmovilizándome sorpresivamente, y acercando mi cabeza a la suya, para posteriormente besar mi boca con la suya”, explicó.

El escrito judicial subraya el ambiente de “extrema violencia ambiental” y el “ánimo libidinoso”, advirtiendo que una reacción del policía podría haber desencadenado en un incremento de la tensión. “Mi reacción, además de asco, fue de contención ante la extrema violencia que vivíamos en cada colegio”, continúa.

“Al agarrarme de la parte baja del casco, no puedo zafarme ni impedir que doble mi espalda, todo ello al intentar evitar tener una respuesta brusca al abuso que pudiera desencadenar una situación de riesgo aún mayor para la integridad de los actuantes de la que ya estábamos soportando”, añade el policía nacional.