Funcionarios de un santuario de vida silvestre en Kenia hallaron esta semana los cuerpos inertes de dos jirafas blancas, extraña especie que estaba en peligro extremo de extinción. Los cuerpos de ambos animales presentaban heridas de bala, lo que deja en claro que fueron abatidas por cazadores furtivos.

En un comunicado, desde el parque Ishaqbini Hirola Conservancy indicaron que los cuerpos fueron encontrados por guardabosques, quienes habían estado preocupados porque no las habían visto en harto tiempo. Se trata de una madre y su cría.

En el documento agregaron que, por el estado de los cuerpos, se especula con que las jirafas yacían en el lugar hace por lo menos cuatro meses.

“Este es un día muy triste para la comunidad de Ijara y Kenya en su conjunto. Somos la única comunidad en el mundo que custodia las jirafas blancas”, indicaron.

“Este es un golpe a los tremendos pasos tomados por la comunidad para conservar especies raras y únicas, por eso tenemos que hacer un llamado de atención para un apoyo continuo a los esfuerzos de conservación”, agregaron.

En aquel parque ahora existe solamente una jirafa; se trata de un macho que se encuentra en edad adulta.

Este grupo se había dado a conocer al mundo en 2017, luego que se descubriera que hembra y macho habían formado una familia tras el nacimiento de su primera cría, la cual fue abatida durante 2019.

En este tiempo el grupo se había convertido en la atracción principal de Ishaqbini Hirola, ya que muchas personas las buscaban durante sus visitas para fotografiarlas.

“Esta es una pérdida a largo plazo dado que los estudios e investigaciones genéticas que fueron una inversión significativa en el área por parte de los investigadores, ahora se han ido al desagüe. Además, la jirafa blanca fue un gran impulso para el turismo en el área”, concluyeron.

Según detalló CNN, la tonalidad de estas jirafas se debe a una condición genética llamada leucismo, la cual impide que las células de su piel generen la clásica pigmentación de aquella especie.

Esta condición es distinta al albinismo, ya que los animales leucísticos no son más sensibles al sol que el resto; incluso pueden ser ligeramente más resistentes, ya que al tener el color blanco un albedo elevado, este los protege más del calor.

Por ahora se estima el macho de esta reserva es la única jirafa blanca que existe en el mundo, a menos que se encuentre un ejemplar que fue visto en Tanzania durante 2016, del cual no se tiene información ni se sabe su paradero.