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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Para quienes han perdido a un ser querido, las festividades de Navidad y Año Nuevo pueden ser momentos emocionalmente difíciles, según la psicóloga Constanza Vidal. Diciembre despierta intensos recuerdos, presiones sociales y cambios de rutina que afectan a quienes están en duelo. Por ello, Vidal aconseja validar las emociones, planificar con anticipación, crear nuevos rituales, respetar los límites y buscar apoyo.

Mientras para muchas personas las celebraciones de Navidad y Año Nuevo representan encuentro, alegría y cierre de ciclos, para quienes han perdido recientemente —o hace tiempo— a un ser querido, estas fechas pueden convertirse en uno de los momentos emocionalmente más difíciles del año.

Según explica Constanza Vidal, psicóloga de apoyo al duelo de Acoger, red de cementerios católicos, “estas festividades son profundamente simbólicas, invitan a mirar hacia adentro, a evaluar el año y a conectar con nuestras historias afectivas”.

“Por lo mismo, las ausencias se hacen más evidentes. No es un retroceso sentir más tristeza o nostalgia; es una respuesta humana y natural frente al vínculo que existió”, complementó.

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De acuerdo con Vidal, existen diversos factores psicológicos que hacen que diciembre sea especialmente delicado para quienes enfrentan un duelo:

Factores psicológicos que hacen que diciembre sea más sentimental

Activación de la memoria emocional: Las tradiciones, lugares y dinámicas familiares evocan recuerdos intensos, haciendo más vívida la presencia de la persona fallecida.

Presión social por “estar bien”: La cultura navideña suele asociarse a la felicidad y la unión, lo que puede generar culpa o incomodidad en quienes no se sienten en sintonía con ese clima emocional.

Cambios en la rutina: Las celebraciones interrumpen la cotidianeidad que muchas veces funciona como contención emocional.

Es por ello que la psicóloga entrega algunas recomendaciones que pueden ayudar a enfrentar estas fechas de manera más consciente y tranquila.

Recomendaciones para acompañar el duelo en Navidad y Año Nuevo

1. Validar lo que se siente: No forzar la alegría ni ocultar la tristeza. Cada emoción es parte del duelo.

2. Planificar con anticipación: Pensar en cómo se desea vivir estas celebraciones —en familia, con amigos o de manera más íntima— puede disminuir la ansiedad.

3. Crear nuevos rituales: Incorporar gestos simbólicos, como encender una vela o compartir una anécdota, ayuda a honrar el recuerdo sin quedar atrapado en él.

4. No temer a los límites: Es válido reducir actividades sociales, llegar más tarde o retirarse antes si la situación lo exige.

5. Buscar apoyo: Conversar con personas de confianza o con un profesional permite aliviar la carga emocional y sentirse acompañado.

Vidal recuerda que el apoyo del entorno es clave. “A veces basta con una frase simple: ‘Si necesitas algo, aquí estoy’. La presencia y la escucha son más importantes que cualquier palabra perfecta”.

En un mes donde predominan las luces, los encuentros y los balances, la especialista invita a entender que el duelo no sigue un calendario y que cada persona tiene su propio ritmo.

“La Navidad y el Año Nuevo pueden doler, y eso no significa falta de fortaleza. Es, finalmente, un reflejo del amor que permanece”, concluyó.